Miguel Donoso Pareja, un legado de honestidad brutal

Una imagen del autor, del álbum de la familia de Donoso Pareja. Foto:  sortesía de Miguel Donoso Gutiérrez

Una imagen del autor, del álbum de la familia de Donoso Pareja. Foto: sortesía de Miguel Donoso Gutiérrez

Una imagen del autor, del álbum de la familia de Donoso Pareja. Foto: sortesía de Miguel Donoso Gutiérrez

Siempre les dijo que el mejor homenaje que se le podía hacer, era leerlo. Y eso fue lo que hicieron talleristas de Miguel Donoso Pareja en un reciente homenaje en la Casa de la Cultura del Guayas, institución que fue presidida por el autor en 1989.

A dos años de la muerte del escritor, fallecido el 16 de marzo del 2015, la formación de escritores en México y Ecuador es uno de sus grandes legados.

Miguel Donoso Gutiérrez, hijo del narrador y ensayista guayaquileño, habla sobre la propuesta del Ministerio de Cultura que en su momento propuso de restablecer el programa de talleres literarios. “La iniciativa debería llevar el nombre de Miguel Donoso Pareja y los talleres deberían estar basados en su metodología, la cual es bien conocida por el Ministro”, dice, pues Raúl Vallejo fue tallerista de Donoso.

La absoluta libertad a nivel temático, el respeto por el estilo del autor y la exigencia de una factura del texto a través de un trabajo crítico sobre él y no sobre sus motivaciones, hacen parte de esos elementos. Todo lo que existe es el mundo que el texto crea y todo lo que este, en él, deberá aportar en sentidos y motivaciones al discurso emitido, agrega Donoso Gutiérrez, el mismo escritor de narrativa y poesía.

Destaca del legado de su padre una obra rigurosa, experimental, que arriesga, con picos de profundidad filosófica, humorística, sarcástica y crítica social. Por otra parte está la obra ensayística. “Siempre fue frontal, sin concesiones y aportó una nueva visión crítica a la literatura ecuatoriana, rescata autores o desmitifica ciertas obras”.

A ese último filón pertenece la recopilación en un tomo de dos libros de crítica sobre literatura ecuatoriana que el autor publicó en la década de los 80, reeditadas ahora, a dos años de su muerte, por Editorial Eskeletra.

Donoso Pareja propone una relectura del canon de la literatura ecuatoriana, con una “postura visceral” en el ejercicio crítico, según el estudio introductorio de Raúl Serrano Sánchez, principalmente en el ‘Nuevo realismo ecuatoriano’ (1984), que hace parte del volumen junto a ‘Los grandes de la década del 30’ (1985).

Es la misma ‘honestidad brutal’ y sin concesiones con la que invitaba abordar los textos en los talleres literarios. La narradora María Leonor Baquerizo, que pasó por su taller, destaca del maestro el humor, la ironía, y una capacidad de jugar con la realidad y recrearla desde su mirada. “Aprendíamos a leer y leernos desde una condición crítica”.

Su postura era inclemente ante la imbecilidad del mundo contemporáneo, como lo dejaba claro en sus entrevistas. “Si hablamos de su postura crítica, podríamos decir que marca su obra, porque estamos en el mundo y los sucesos nos afectan”, agrega Donoso Gutiérrez sobre un autor que se movía en su obra ensayística entre “el humor y el buen talante, sin dejar de ser ácido y punzante”.

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