En la Concha Acústica, los metaleros disfrutan de los éxitos inéditos de nuevas bandas de este género musical. Foto: Fernando Medina/ EL COMERCIO
El sonido de las guitarras eléctricas se empezó a escuchar en la Concha Acústica desde las 10:00 de hoy, jueves 31 de diciembre del 2015. El concierto de metal que lleva el nombre del mismo complejo, ubicado al sur de Quito es una tradición que la comunidad de metaleros realiza cada fin de año.
La idea es promocionar las nuevas bandas de este género, ya que el evento es uno de los más representativos a escala nacional. Hoy por ejemplo, estarán en el escenario 12 bandas. Se prevé que el concierto dure hasta las 18:00. Por eso cada artista tiene un margen de tiempo de aproximadamente 30 minutos.
Cristian Castro es uno de los organizadores del evento y minutos después de que Demolicis abriera el concierto señaló que lo novedoso de este año es que todos los grupos que se presentarán solo podrán tocar temas inéditos. Este año se prohibió que se interprete temas de autores conocidos. Esta medida se tomó para “difundir el talento de los chicos”.
Lo que para Miguel Tituaña uno de los asistentes es muy bueno. Él tiene 38 años y llegó solo. Cada año asiste porque es una oportunidad para conocer la evolución del metal y a las nuevas generaciones. Además, dice que es un evento sano, pues el consumo de licor está prohibido.
Esto también le pareció bueno a Mónica Andrade, quien llegó con su hija de 2 años. La mujer vestida de negro y con los labios pintados de morado indicó que viene desde Latacunga para ver a un grupo de amigos que tocaran a las 12:00. También dijo que le da seguridad estar con su bebé pues existe control policial.
Personal uniformado desde las 09:00 de hoy empezó a revisar a cada uno de los asistentes. Las personas que entraban con mochilas debían antes mostrar el interior de estas para poder pasar. Lo mismo ocurrió con quienes tenían hebillas grandes en sus cinturones. Para el control del evento la Policía designó a cerca de 30 efectivos.
Personal del cuerpo de bomberos y una ambulancia también custodian a los metaleros. Mientras que 25 policías metropolitanos resguardan los alrededores de la Concha Acústica para evitar la venta ambulante.
A pesar de que la asistencia no superaba las 200 personas, los organizadores calculan que pasado el mediodía el complejo se llenara como ha sucedido en años anteriores, que han alcanzado cerca de 10 000 personas.