La sonda Messenger despide su histórica misión estrellándose contra Mercurio

Luego de cuatro años de misión, la sonda Messenger se estrelló contra la superficie de Mercurio dejando un cráter de 16 kilómetros. Foto: AFP/NASA.

Luego de cuatro años de misión, la sonda Messenger se estrelló contra la superficie de Mercurio dejando un cráter de 16 kilómetros. Foto: AFP/NASA.

Luego de cuatro años de misión, la sonda Messenger se estrelló contra la superficie de Mercurio dejando un cráter de 16 kilómetros. Foto: AFP/NASA.

La sonda Messenger, la primera en orbitar alrededor de Mercurio, despidió hoy 30 de abril su histórica misión de cuatro años estrellándose en la superficie del misterioso planeta y dejando como huella, junto a sus descubrimientos clave, un cráter de 16 metros.

El choque, planeado, se produjo cuando la sonda se quedó sin combustible a las 16:26 hora local y con una velocidad de 14 080 kilómetros por hora, tras haber completado 4 104 órbitas alrededor del planeta, informó la agencia espacial estadounidense (NASA).

La sonda Messenger, de tamaño similar al de un automóvil, es el primer objeto creado por humanos en caer sobre la superficie de Mercurio. Messenger, una misión de USD 450 millones, fue lanzada en agosto de 2004 y en 2011 se convirtió en la primera sonda en orbitar alrededor de Mercurio, el planeta más cercano al Sol y uno de los que entrañan más misterios para los científicos.

"Se apagó con un 'bang' al impactar contra la superficie de Mercurio. Estamos celebrando Messenger como más que una misión exitosa", dijo en un comunicado John Grunsfel, administrador asociado del directorio científico de la NASA.

"La misión continuará dando a los científicos nuevos resultados en la nueva fase, la de analizar los datos que ya tenemos en los archivos para seguir resolviendo los misterios de Mercurio", añadió Grunsfel.

Entre otros grandes descubrimientos, Messenger determinó la composición de la superficie de Mercurio, reveló su historia geológica, descubrió que su campo magnético interno está desviado del centro del planeta y certificó que sus depósitos polares son, sobre todo, agua helada.

"Bueno, creo que es el momento de decir adiós a todos mis amigos, familia y equipo de apoyo. Haré mi impacto final muy pronto", podía leerse en la cuenta de Twitter de la misión poco antes del choque contra Mercurio.

La cuenta, narrada en primera persona como si fuera la propia sonda la que hablara, informará a partir de ahora de los descubrimientos que se extraigan de los datos aún por analizar recogidos por la sonda.

Los datos que ha proporcionado la sonda de la NASA son los primeros que llegan desde las cercanías de Mercurio desde los que envió la Mariner 10, también estadounidense, entre 1974 y 1975.

Pese a su relativa proximidad a la Tierra, Mercurio sigue siendo un planeta muy desconocido, y la tarea de Messenger ha resultado fundamental para que los científicos comprendan mejor sus características. Mercurio es uno de los planetas que más ha costado investigar, ya que se mueve mucho más rápido que

La Tierra y una nave espacial debe desplazarse a unos 104 607 kilómetros por hora para alcanzarlo y además enfrentarse al calor del Sol.

Los científicos de Messenger resolvieron este problema con una gran sombrilla de cerámica que soporta el calor y protege la nave espacial, que está diseñada además para limitar su estancia cuando pasa por áreas más calientes.

También se utilizaron otros materiales de alta tecnología como paneles solares y otros instrumentos para mantener la temperatura dentro de sus rangos.

Mercurio, Venus, Tierra y Marte son planetas terrestres rocosos, pero de ellos Mercurio es el más pequeño, el más denso, el que tiene la superficie más antigua, el que registra mayor variación diaria en la temperatura de su superficie y, a la vez, el menos explorado.

Para los científicos, la comprensión de este eslabón entre los planetas terrestres es crucial para entender mejor cómo se formaron y evolucionaron los planetas del Sistema Solar.

Aunque la sonda, cuyo nombre completo es Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry and Ranging, fue lanzada en 2004, la misión se constituyó una década antes. No obstante, la agencia espacial estadounidense comenzó a debatir el concepto de la sonda hace casi 15 años.

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