Los mercados divulgan los beneficios de las plantas

Las 12 curanderas están en la zona dedicada a rescatar conocimientos ancestrales. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.

Las 12 curanderas están en la zona dedicada a rescatar conocimientos ancestrales. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.

Las 12 curanderas están en la zona dedicada a rescatar conocimientos ancestrales. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.

La difusión de los beneficios medicinales de las plantas se ha convertido en una línea de trabajo en los mercados de Quito. Nacionales y extranjeros llegan todos los días al Centro Histórico en busca del conocimiento de las curanderas, que han heredado estos saberes de sus madres o de sus abuelas.

El mercado San Francisco cuenta con 12 mujeres que conocen todo sobre las plantas y cómo cada una de estas alivia diferentes dolencias.

Balbina Angos es una de las más antiguas en este lugar. Desde hace 60 años se dedica a vender las hierbas medicinales para continuar el legado de su madre. Cuando llegan los turistas, Balbina les cuenta todo sobre los beneficios de las plantas para el hígado, los riñones, la inflamación de las vías urinarias y cómo obtener mejores resultados al mezclar algunas de estas con un poco de miel de abeja.

En un puesto cercano se ubica Blanca Ganchala, quien dice que empezó su aprendizaje de este oficio cuando tenía 10 años. Ella promociona la hoja de tuna o nopal como beneficiosa para la diabetes, para bajar el colesterol y perder peso.

Rosa Lagla cuenta que cada semana llegan entre 40 y 50 personas a este espacio en busca de estos remedios naturales. Lagla es parte de la cuarta generación que trabaja con plantas medicinales. Su mamá fue de las primeras personas que empezaron a realizar las limpias en este mercado.

En cada uno de estos puestos, ubicados en el área dedicada para el conocimiento ancestral, hay un cuarto donde ingresan las personas para que se les practique la limpia.

Asunción Pillajo, por ejemplo, pide a los visitantes que ingresen a ese cuarto y se queden en ropa interior para poder empezar con el ritual. Aunque cada curandera tiene su método para realizar esta práctica, por lo general todo se inicia con la ortiga. También depende de las necesidades, cuenta Pillajo.

Cada limpia dura entre 10 y 15 minutos y después se pide a las personas que continúen con algunos baños en sus hogares. Los precios también varían; van desde USD 3 hasta USD 10. Mercedes Correa promociona los baños para ir con buenas energías al trabajo. Para esto se utiliza un conjunto de hierbas dulces, una colonia, agua bendita y un jabón “llama clientes”. Ella limpia sobre todo a niños y personas mayores. No hay restricciones de edad para esta práctica.

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