En la Conferencia Hábitat III, realizada en Quito del 17 al 20 de octubre, se discute la Nueva Agenda Urbana para el mundo. Se analizan varios temas como contaminación, inclusión, urbanización, entre otros.
El debate busca que los pueblos cada vez se acerquen más al ideal de ciudad. Pero, ¿es posible lograrlo en la práctica? Eso es algo que se responde a pocos metros de la sede del evento, en la zona de La Mariscal.
Cuatro temas sociales que se tratan en Hábitat, seguridad, movilidad, sostenibilidad e inclusión, son fundamentales para el desarrollo de uno de los sectores estratégicos de Quito.
La seguridad se construye
La Mariscal es un atractivo turístico de Quito. En el 2015 recibió 70 948 visitantes. Para lograr estas cifras se han trabajado en planes de seguridad que generan confianza en la comunidad local y en los visitantes extranjeros. Antes de la regeneración urbana de la última década, la zona -donde se concentran casas para alojamiento y bares- tenía focos delictivos.
El trabajo conjunto entre el organismo y los moradores ha garantizado la protección de la comunidad y de los turistas. Foto: Gabriela Coba/EL COMERCIO
La proliferación de restaurantes y centros de diversión matizó esa realidad en sitios como la Plaza Foch o la Plaza Yuyú. Uno de los agentes metropolitanos de la zona explica que al ser un lugar concurrido tanto en el día como en la noche “sí se presentan incidentes, pero son controlables”.
Según la Unidad de Policía Comunitaria del sector, el trabajo conjunto entre el organismo y los moradores ha garantizado la protección de la comunidad y de los turistas. Una de las mejoras es la rehabilitación de predios abandonados. También, el involucramiento de los moradores por dar al sector un estilo de vida alternativo, con áreas verdes, cultivos urbanos y organización.
Movilidad alternativa
En varias de las calles del lugar existen circuitos de ciclovías. Este tipo de rutas permite que más personas utilicen medios de trasporte alternativos. De esta manera se reduce la contaminación, disminuye el tráfico y existe una mayor conexión entre las personas y la ciudad. Oswaldo Valdez, cuidador de un parqueadero, dice que “circulan varios ciclistas por el sector”.
El uso de diferentes medios de transporte es un aporte para la sostenibilidad del sector. Foto: Gabriela Coba/EL COMERCIO
También, el diseño del sector, como la presencia de fauna y aceras anchas, invita a caminar a los ciudadanos. El uso de diferentes medios de transporte es un aporte para la sostenibilidad del sector, pero también hay otros comportamientos que permiten alcanzar este objetivo.
Zona amigable con el medio ambiente
En la Zona Rosa junto a los grandes edificios de cemento se encuentran estructuras hechas de materiales amigables con el ambiente. Este es el caso del restaurante La Taguarita, el cual tiene una infraestructura de bambú. Además, al recorrer la avenida Amazonas se observa cómo restaurantes han optado por emplear plantas para dividir su espacio físico, volviendo al entorno más natural y atractivo.
Restaurantes del lugar han optado por emplear plantas para dividir su espacio físico. Foto: Gabriela Coba/EL COMERCIO
Un espacio para la inclusión
La Mariscal, como uno de los sectores más concurridos de la urbe, recibe a personas de diferentes países, culturas y grupos sociales. Se pueden ver adultos mayores, niños en las plazas, oficinistas y personas con discapacidad.
En algunos establecimientos existen rampas para quienes utilizan sillas de ruedas. Sin embargo, algunos aspectos aún están pendientes como la falta de sonido en los semáforos para las personas con discapacidad visual.
La Mariscal se ha convertido en punto de encuentro para que la comunidad Glbti se exprese. Es por ello que cada año se realizan allí manifestaciones en favor del colectivo. Danilo Santos, dueño de un negocio, explica que convivir en el sector con personas de otras identidades sexuales ha hecho que asuma la realidad con normalidad. “Veo que es un grupo (la comunidad Glbti) que está buscando su espacio, su lugar. Cada día veo que sigue creciendo, que tiene más expresión social”.
Un desafío para los quiteños
La Mariscal no es un sector ideal, existen aún problemas urbanos que deben ser trabajados. Sin embargo, el aporte de las entidades públicas, vendedores, vecinos, conductores, niños y turistas hace que esta zona continúe creciendo y se vuelva un referente donde lo humano y lo urbano no se oponen, sino que se complementan.