Yo no me siento de 40. Puede ser porque no tengo hijos y eso me hace vivir bastante libre todavía. No tengo una maleta pesada a cuestas. A veces me siento hasta muy joven para ciertas cosas, como tener un hijo, y sé que no es verdad, pero así lo vivo.
Por muchos años pensé que no quería tener hijos y nunca busqué tenerlos. Pero cuando cumplí 39 decidí que de pronto sí quería tener un hijo, porque ya mismo cumplía 40 y se me acababa el tiempo y mi reloj biológico me iba a decir: hasta aquí fue.
Comencé a buscarlo, y no he tenido suerte hasta la fecha; parece que no soy tan fértil como pensé. Y hace poco estuve pensando que no necesariamente es lo mío tener hijos y que no voy a forzar a la naturaleza. Todavía no sé si los tendré.
Y si te digo la verdad, hay una cosa muy chiquita que me ilusiona mucho este momento: mi perra nueva, que tiene 5 meses. Es una bóxer y estoy perdidamente enamorada de ella; se llama Melcocha. Yo se la regalé a mi hijastra, pero la perra vive en mi casa. Entonces ella viene un día a la semana para estar con su perra y los otros 6 días los paso yo.
Ahora mi mundo gira en torno a mi esposo y a mi madre. Y aunque talvez haya gente que se ofenda, también alrededor de mis animales: perros y caballos; mucho de mi agenda gira alrededor de ellos también.
En unos 10 años me gustaría trabajar con animales; ser la encantadora de perros y caballos de los pobres (risas) y también hacer algo para promocionar al Ecuador afuera, desde el Ministerio de Turismo, por ejemplo.
Aplicar mis 14 años de experiencia en un área más social. Pero eso será en unos 10 años, porque ahora me encanta lo que hago, así que quiero quedarme aquí, al menos cinco años más. Ojalá mis jefes piensen igual que yo.
Me encanta viajar. Viajo promocionando el Ecuador afuera y voy mucho a Galápagos ahora, por mis responsabilidades en la empresa. Es la combinación perfecta: ir a mi lugar favorito en el mundo que es Galápagos y cada cierto tiempo viajar fuera a lugares exóticos. Tengo un trabajo fabuloso.