La manufactura del sombrero de paja se tecnifica en Milagro
Margarita García (de Picoazá, Portoviejo) aprendió a tejer sombreros de paja toquilla desde muy pequeña. Foto: cortesía El Diario de Manabí.
Desde muy temprano Margarita García, de 72 años, se prepara para tejer un nuevo sombrero, tal como le enseñó su madre.
Esta costumbre adquirió cuando tenía 10 años y desde ese momento no ha cambiado la manera de tejerlos con sus manos. Pero ella solo había llegado hasta el punto del tejido, sin terminarlos en su totalidad.
En Milagro, de la parroquia Picoazá de Portoviejo, por muchos años tenían la costumbre de no terminarlos, porque no contaban con los recursos para todos los implementos.
“Los vendemos sin azocarlos (sin completar el proceso). Pero con los nuevos implementos que nos llegaron y las capacitaciones vamos de a poco a lograrlo” mencionó García.
Ella se refiere a la donación que hizo la República Checa en coordinación con el Ministerio de Industrias y Productividad de una maceteadora o apaleadora de sombreros, prensadora hidráulica, plancha y una máquina eléctrica industrial.
Este tipo de donaciones también ha llegado a otros poblados en la provincia donde se hacen estos artículos. Algunos de los cantones beneficiados fueron Montecristi, donde se realizó la entrega en las comunas Las Pampas y Pile; Santa Ana, en la comunidad la Tablada de Miguincho, y Portoviejo, en Milagro de Picoazá.
Miguel Chilán, de la Asociación de Tejedores del Milagro de Picoazá, explicó que con la maquinaria no tendrán que recurrir a los intermediarios para vender estos accesorios. “En años anteriores lográbamos vender sombreros tejidos en USD 4,50.
Actualmente nos dan hasta 7, pero con los acabados esperamos ganar 20”.
En Pile ya se enseñan nuevas técnicas del tejido del sombrero de paja en las capacitaciones a los nuevos artesanos.