Los resultados del estudio muestran que los maestros definitivamente sí tienen una gran importancia. Foto: Wikicommons
Existen dos motivos por lo que no es fácil identificar cómo influyen los maestros en el aprendizaje. En primer lugar, los niños no se asignan de manera aleatoria, lo que significa que los grupos de niños en diferentes clases no son necesariamente homogéneos.
Por ejemplo, si a un maestro le asignan los mejores estudiantes de un grupo, éstos obviamente mostrarán un mejor desempeño independientemente de los esfuerzos del maestro, sesgando así los resultados de los estudios que buscan medir la contribución de los maestros al aprendizaje.
En segundo lugar, es difícil distinguir a los buenos educadores. Las características de los maestros que normalmente figuran en los datos administrativos, y que son las que determinan en gran medida su salario y sus ascensos, generalmente dicen poco o nada sobre su efectividad.
Para abordar estos aspectos, por primera vez en un país en desarrollo Cerrando Brechas asignó aleatoriamente una cohorte entrante de aproximadamente 15 000 niños de educación preescolar a maestros en los colegios, y recopiló información inusualmente abundante, como por ejemplo filmaciones de los maestros en las aulas durante todo un día. Con estos datos los investigadores pudieron distinguir a los mejores maestros.
Al final del año académico, los investigadores midieron el desempeño de los niños a través de 12 pruebas diferentes que cubrían desde matemáticas hasta alfabetización temprana, así como de una variedad de procesos cognitivos conocidos como “función ejecutiva”.
Las pruebas sobre esos procesos miden la habilidad de los niños para ejercer el autocontrol, prestar atención en la clase y pasar de una tarea a otra, y se ha demostrado que son especialmente predictivas sobre la capacidad que tenga un niño de aprender en la escuela y tener éxito en la vida.
Los resultados del estudio muestran que los maestros definitivamente sí tienen una gran importancia. El aprendizaje de los niños en educación preescolar asignados aleatoriamente a mejores maestros es en promedio 0,11 desviaciones estándar mayor en matemáticas, alfabetización temprana y funciones ejecutivas.
¿Cuál es la dimensión de un efecto de 0,11 desviaciones estándar? Supóngase que hay dos niños, uno cuya madre ha completado la escuela secundaria (o más) y otro cuya madre tiene educación primaria incompleta (o menos).
Si los dos niños son asignados al mismo maestro, al final de la formación preescolar, el niño cuya madre tiene un mayor nivel de educación en promedio tendrá resultados en el aprendizaje que son 0,8 desviaciones estándar más altos.
Por el contrario, si el hijo de una madre con un menor nivel de escolarización es asignado a un maestro “sobresaliente” (ubicado en el percentil 95), mientras que el hijo de la madre con mayor escolaridad es asignado a un maestro “promedio” (situado en la media), la diferencia en los resultados del aprendizaje entre los dos niños en edad preescolar será sustancialmente más pequeña: –de 0,6 desviaciones estándar.
En otras palabras, en un solo año, el ser asignado a un profesor sobresaliente y no a un profesor promedio permitió al niño de un entorno menos favorecido cerrar una cuarta parte de la brecha que lo separaba de aquel criado en un entorno más favorable. Como se puede ver, el efecto es considerable.
Los maestros “novatos” (con tres años de experiencia o menos) logran un aprendizaje significativamente menor que quienes cuentan con más experiencia, pero ninguna de las otras características –por ejemplo si es titular o si trabaja con contrato, su coeficiente intelectual o su personalidad —predice sistemáticamente el aprendizaje del pupilo.
Por otro lado, el comportamiento del maestro —en particular, en qué medida presta apoyo emocional y apoyo didáctico a los niños y si maneja bien su clase— determina cuánto aprende un pupilo en la escuela.