La madera ahorra energía, tanto en verano como en invierno.Foto: Xavier Cavinagua y Víctor Vizuete/EL COMERCIO
La cultura del hormigón está arraigada en el imaginario ecuatoriano. La gente piensa que solo una casa de cemento armado vale y desecha a priori otras soluciones alternativas, como el adobe y la madera.
Concienciar a la población de que los inmuebles de madera son tan o más confortables y duraderos que los de bloque y hormigón es una tarea más ardua que levantar la propia casa, explica Alfredo Garzón Alfredogarzonponce@yahoo.com), arquitecto especialista en este tipo de construcciones.
Algunas ventajas de estas construcciones, explica Édgar Álvarez, técnico de Madercasa (www.madercasa.com), son varias: rapidez de instalación, menor costo con respecto a otros sistemas constructivos, facilidad de cimentación, gran sismorresistencia, excelente aislamiento térmico, compaginidad con el entorno…
Otro atributo de este material, según Álvarez, es la versatilidad arquitectónica. Con ella se pueden levantar desde casas de muñecas de 2×2 metros hasta viviendas de dos o más pisos y áreas de 300 m² y más.
Los estilos también son incontables, explica Garzón. Pueden ir desde el clásico rústico de las casitas de campo a los más sofisticados o minimalistas. Todo depende de la imaginación, el área de terreno y el dinero disponibles.
Un ejemplo es la vivienda de 70 m² que planificó en el sector de Misicata, Cuenca, el arquitecto Augusto Samaniego, de la constructora A&D.
Allí, la madera de pino se sometió a un tratamiento llamado ‘al quemado’, que consiste en colocar una capa de carbón aislante en el material. Luego se lo impermeabilizó con barnices especiales para protegerlo de la lluvia y rayos UV.
La construcción total, con acabados, demoró tres meses.
El tipo de madera varía según la zona. Álvarez utiliza el colorado y el pino en la Sierra; y la chigüila en la Costa. “La última no se pandea y permite estructuras eficientes y durables”.
En la Sierra también se utiliza el eucalipto, que es el árbol más numeroso de la zona. Es un buen material, fuerte y resistente.
Con un buen tratamiento o curado, sus caras no se trizan, lo que es cosa común.
No obstante, explica Álvarez, todos los elementos de madera de un inmueble deben recibir protección contra los efectos de los agentes naturales, las polillas y otros xilófagos.
“Nosotros usamos preservantes y barnices especiales”.
La de madera es una casa que respira, ya que absorbe y expulsa la humedad, regularizando el ambiente interior.
Así contribuye a evitar reumatismos y problemas respiratorios, asevera Garzón.
También absorbe las ondas que recibe. La de madera es una casa silenciosa, lo que reduce el estrés de sus habitantes.
¿Alguna desventaja? La principal es la depredación de los bosques que supone su utilización. Pero con las nuevas políticas de utilizar maderas certificadas (provenientes de las resiembras) este inconveniente se atenúa mucho.