El machismo también se refleja en la esterilización de mascotas

De todas las esterilizaciones que se realizan, alrededor del 70% es en hembras. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

De todas las esterilizaciones que se realizan, alrededor del 70% es en hembras. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

El 70% de las esterilizaciones que se realizan es en hembras. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

Una larga fila de mascotas espera pacientemente su turno para ser esterilizadas. En el sector de Turubamba, al sur de la ciudad, se realizó este jueves 15 de abril del 2015 una campaña de esterilización gratuita liderada por la Secretaría de Salud del Municipio de Quito.

Afuera del hospital móvil que instalaron espera Luna, una perra mestiza de 3 años. Inquieta por la presencia de otros animales busca seguridad en su dueño, Esteban de 19 años. A los pocos minutos Luna entra a la sala donde se realizan las cirugías.

Esteban decidió esterilizar a su perra luego de que tuviera cachorros dos veces en el último año. “Vive con mi otro perro y a veces no nos damos cuenta y ya está en celo y ya cuando les separamos es muy tarde”, indicó Esteban, quien no llevó a su otra mascota para ser intervenida.

Según Martín Campos, médico veterinario de Protección Animal Ecuador (PAE), es bastante común que los dueños solo esterilicen a las hembras. “El porcentaje de esterilizaciones es mucho más elevado en hembras que en machos”, asegura Campos que además indica que de todas las esterilizaciones que se realizan, alrededor del 70% es en hembras.

Algo curioso es que las cirugías de esterilización son un poco más sencillas en los machos. La cirugía es externa pues los testículos están en una bolsa en el exterior. Por el contrario, las cirugías en el caso de las hembras requieren la extracción del útero y los ovarios desde la cavidad abdominal. Es un procedimiento más complejo y también más costoso.

Para Campos se trata del machismo que también se refleja en las mascotas, pero no por su naturaleza sino por un tema cultural de sus dueños. Campos ha recibido pacientes cuyos dueños le piden que solo opere a la hembra, “el macho es macho y tiene que mantenerse como tal”, cuenta.

Luna salió de la cirugía y el médico le indicó que debía reposar. Le dijo a su dueño que ya no va a entrar en celo y no tendrá más cachorros. En el caso de los machos, lo que se logra con la castración es que sean más tranquilos, menos agresivos y territoriales.

Campos enfatiza que es importante esterilizar a ambos pues si bien la hembra es la que pare las crías, los machos son los que las preñan.

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