El compositor lanzó dos álbumes: ‘íntimo I’ y ‘Cantando como yo canto’. Foto: Archivo / EL COMERCIO
De mirada apacible, espíritu de resistencia, con guitarra en mano y letras pobladas de reflexión social. De esta manera será recordado el lojano Max Berrú, artista del folclor latinoamericano que perdió la batalla contra el cáncer, ayer, en Santiago de Chile.
Multiinstrumentista, militante de la izquierda chilena e ingeniero mecánico, Berrú cofundó la agrupación Inti Illimani, considerada parte del patrimonio musical latinoamericano. En ella edificó, junto con Horacio Durán, Jorge Coulón, José Seves y Horacio Salinas la Nueva Canción de Chile.
Berrú nació el 5 de junio de 1943, en Cariamanga, un pequeño poblado de la provincia Loja. “La lluvia interminable me producía nostalgia, aunque mi madre nos cuidaba, pero gozaba del campo: moliendas, tomar leche a la pata de la vaca y, sobre todo, la música, la fiesta y yo, dándole cuerda a la victrola”, comentó el intérprete a EL COMERCIO, en el 2007.
Pasó por las aulas del colegio La Dolorosa, de Loja, y en el Don Bosco y Mejía, en Quito.
Le movía el sueño de jugar fútbol profesional. Mientras jugaba en la división juvenil de Liga de Quito, su pasión futbolera lo motivó a viajar a Chile en 1962, al mundial donde Garrincha brillaba.
Aunque fue en busca de un papel en la cancha, la música lo abrazó mientras cursaba la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Técnica del Estado (Chile).
En 1967 ingresó a Inti Illimani y le dio voz a insignes melodías como Vasija de Barro y Simón Bolívar. Ante el contexto desolador que vivió en pleno golpe de Estado al Gobierno de Salvador Allende y con la dictadura militar a las puertas del pueblo, Berrú vivió el exilio, en Italia hasta 1990, cuando el grupo regresó a Chile.
Sufrió también la muerte de Víctor Jara, uno de sus amigos más cercanos. A su regreso contó, en 1988, que nunca más fue individualista. “Uno no puede separar las aguas: empezamos con música instrumental, pero la historia nos lleva a hacer cosas con contenido social”, declaró.
En 1997 abandonó Inti Illimani tras grabar 27 álbumes de estudio, y retrató sus pensamientos en dos álbumes inéditos: ‘Íntimo I’ (2004) y ‘Cantando como yo canto’ (2011).
Le diagnosticaron cáncer en el 2017, pero no lo alejó de los escenarios ecuatorianos. Cuenca vivió la última presentación del maestro el pasado septiembre. Sus cuerdas y percusión dejaron de sonar, sin embargo, confirman sus colegas, su legado se mantiene en el brazo musical de Latinoamérica.
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