Los sonidos andinos, en un libro

Carlos Sánchez Huaringa y Esteban Valdivia, en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO

Carlos Sánchez Huaringa y Esteban Valdivia, en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO

Carlos Sánchez Huaringa y Esteban Valdivia, en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO

Dentro de la iconografía musical de Jama- Coaque (Manabí), la presencia de las flautas de pan es una constante. Eso fue lo que motivó a Esteban Valdivia, especialista argentino radicado en el país, a elegir esta cultura prehispánica para realizar la investigación que tituló ‘Flautas de pan en la Mitad del Mundo’.

Este estudio ahora es parte del libro ‘Música y sonidos en el mundo andino: flautas de pan, zampoñas, antaras, sikus y ayarachis’.

La publicación fue editada por el peruano Carlos Sánchez Huaringa y tiene 16 ensayos de investigadores de la región.

El trabajo de Valdivia se concentró en 30 piezas que están en la reserva del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil.

En su investigación descubrió 12 tipos de flautas de pan. “Lo interesante en Jama-Coaque -dice- es que ellos tenían diversas formas de intercalar los tubos de acuerdo con las distintas formas y tamaños”.

Valdivia explica que dentro de la iconografía musical de esta cultura hay un gran número de personajes tocando flautas de pan, pero que estos instrumentos no se han encontrado en las reservas de los museos del país.

Una de las teorías que tiene es que las flautas de pan fueron elaboradas con un material perecedero, como caña, plumas o madera.

Amás de clasificar al instrumento, Valdivia se planteó encontrar la relación de estas con los atavíos rituales y los personajes de Jama-Coaque. En una de sus conclusiones apunta que los chamanes-sacerdotes de esta cultura las utilizaron dentro de su parafernalia ritual como un instrumento cosmogónico capaz de contener y transmitir un mensaje simbólico a la población.

También se menciona que los sacerdotes otorgaban a estos símbolos, inspirados en los instrumentos musicales, un carácter sagrado y ritual, cuya función era propagar y difundir su ideología. A través de ellos se ayudaban para sostener y legitimar su estatus social dentro de la sociedad.

“Uno de los aspectos más destacados dentro de este análisis fue el hecho de que un objeto sonoro no solo represente un tipo de instrumento musical, sino también una clase social y un mensaje de carácter ideológico-religioso”.

A la investigación de Valdivia se suman trabajos como ‘Kammu Purui en la música Kuna de Colombia y Panamá’, de Julio Bonilla; ‘Lenguaje musical e identidad Lakita’, de Pablo Mardones y Miguel Ángel Ibarra; y ‘Proceso histórico del siku en Puno’, de René Calsín”.

Acriterio de Valdivia, la importancia de esta investigación y del resto de ensayos que forman parte de ‘Música y sonidos en el mundo andino’ está en que prueban que desde tiempos prehispánicos los instrumentos musicales han trascendido las fronteras políticas. “Las sociedades de la región no solo se han movido por un interés comercial sino también cultural”.

‘Música y sonidos en el mundo andino: flautas de pan, zampoñas, antaras, sikus y ayarachis’ fue presentado la semana pasada en el Museo Casa del Alabado, de Quito, como parte del proyecto Encuentros Sonoros Precolombinos.

En este acto participaron ­Carlos Sánchez Huaringa, director del Centro Universitario de Folklore del Centro ­Cultural de la Universidad ­Nacional Mayor de San Marcos, y el mexicano Gregorio Cortés, alfarero y músico especializado en flautas mayas y aztecas.

El martes 20 de febrero del 2018,  la publicación fue presentada en el Museo Pumapungo de Cuenca y contó con la participación de Sánchez y de Valdivia, quien también es fundador de Sonidos de América.

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