El libro incluye el discurso que la escritora chilena dio en la ceremonia realizada en Suecia. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Poblada por un lenguaje estético extraordinario, por una cadencia que se asemeja al habla de su pueblo natal, y por una gran preocupación por la condición humana. Así define Marjorie Agosín, catedrática universitaria, la obra de la poeta chilena Gabriela Mistral.
Agosín es una de las autoras de ‘De Chile al Mundo’, una publicación en inglés y en español que celebra los 70 años del Premio Nobel de Literatura que recibió Mistral, una de las escritoras menos leídas y menos traducidas de Latinoamérica.
“Hasta ahora -dice- Gabriela era recordada más por su trabajo como maestra rural, pero es momento de que la gente la reconozca por su gran obra poética. Ella fue una mujer autodidacta que conquistó el premio más importante de la literatura universal”.
Uno de los factores que influyó para que las nuevas generaciones no estén relacionadas con la obra de Mistral fue la decisión de Doris Dana, su albacea, de que nadie traduzca o publique en otros países su obra. Ahora los derechos de su obra están liberados y puede ser reproducida.
La publicación de ‘De Chile al Mundo’ fue realizada por la Fundación Gabriela Mistral, con sede en Nueva York, y contiene una selección de poemas y textos en prosa de la obra de Mistral que había sido publicada a la fecha del Nobel; el discurso que declamó en Suecia; fotografías del evento, y ensayos que escribió durante su viaje a Europa y en los años posteriores.
Uno de los temas que más abordó Mistral durante ese periodo fue el de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial y la situación del pueblo judío. A criterio de muchos expertos, Mistral se convirtió en la voz de las Américas luego del Holocausto judío.
En su obra poética de esos años también destaca su compromiso por la defensa de los derechos de las mujeres. Mistral estaba convencida de que la educación era una herramienta necesaria para el empoderamiento de su vida.
En ‘La instrucción de la mujer’, un ensayo que es parte de ‘De Chile al Mundo’, señala que instruir a la mujer es hacerla digna y levantarla. “Abrirle un campo más grande de porvenir, es arrancar a la degradación muchas de sus víctimas”.
A más de la educación la lucha feminista de Mistral incluyó la defensa por la libertad sexual. “Gabriela fue una mujer que también se atrevió a querer a otras mujeres y eso nunca se le permitió en vida”, sostiene Agosín.