Un libro para conocer más sobre la astronomía ancestral Quitu-Caranqui

Cristóbal Cobo.  El investigador muestra su libro,  en el cual  se recoge el trabajo de 16 años de investigaciones. Bolívar Vásquez / EL COMERCIO

Cristóbal Cobo.  El investigador muestra su libro, en el cual se recoge el trabajo de 16 años de investigaciones. Bolívar Vásquez / EL COMERCIO

Los 16 años de exploración e investigación del sitio arqueológico Catequilla, ubicado en la ciudad Mitad del Mundo, en el norte de Quito, se recogen en el libro Astronomía Quitu-Caranqui, de Cristóbal Cobo.

Ahí, el autor asegura que nuestros antepasados tenían altos conocimientos de astronomía. "Esto se puede evidenciar, gracias a la ubicación de Catequilla, que se alinea perfectamente con los sitios Quituloma y Pambamarca, otros dos puntos estratégicos de avistamiento de las constelaciones", ambos ubicados en el sector de El Quinche, en el norte.

Para el investigador, la posición de los Andes y del Ecuador hace de esta región un escenario privilegiado para el avistamiento de estrellas. Para él, estos astros son un referente y por ello sostiene que la ubicación de Catequilla no fue una casualidad, sino resultado de un profundo conocimiento astronómico prehispánico.

Cobo aclara que el paralelo 0 no es una línea que divide al mundo, sino que lo une. "Con estos descubrimientos, se torna otra visión de la naturaleza, que nadie está sobre nadie. Esto se puede demostrar gracias a los indígenas de esta región, que desarrollaron un conocimiento profundo de la astronomía y para ello marcaron los solsticios y equinoccios, que definen las estaciones climáticas en el mundo".

Parte de las investigaciones de Cobo fue cartografiar construcciones indígenas usando programas de imágenes tridimensionales para proyectar líneas desde Catequilla hacia las colinas circundantes, lo que lo llevó al descubrimiento de varios sitios arqueológicos hasta ahora desconocidos.

De acuerdo con un mapa que Cobo diseñó, Catequilla es el centro de una serie de 13 construcciones prehispánicas, todas ellas alineadas a lo largo de las principales líneas geográficas relacionadas geométricamente con Ecuador.

El investigador llegó a la conclusión de que los incas estaban al tanto de la existencia de la mitad del mundo. Esto, gracias a los informes de algunos viajeros que habían visto su sombra desaparecer durante los equinoccios.

"Los incas eran hijos del Sol y ávidos observadores de las estrellas", cuenta el investigador.

Según Cobo, los diversos pucaraes ubicados sobre el Ecuador, eran observatorios naturales.

La construcción de Catequilla -un arco de piedra de 70 metros de diámetro y 1,80 metros de altura- está ubicada entre dos cadenas montañosas y proporciona una vista despejada a 3 600 metros de altitud. Desde este punto, los sitios arqueológicos de la región y las constelaciones del sur y del norte pueden observarse a simple vista.

En una breve explicación, Cobo indicó que el arco de Catequilla fue construido siguiendo el trayecto del Sol sobre el Ecuador, ya que el extremo de un muro recibe la salida del astro durante el solsticio de invierno, mientras que el otro recibe la puesta del sol durante el solsticio de verano. "Un ejemplo perfecto de la arquitectura astral indígena", dijo.

Antes de finalizar su presentación, el autor del libro 'Astronomía Quitu-Caranqui', comentó su desa­cuerdo con la construcción de una estación del metro en el Centro Histórico de la capital. Esto porque según el investigador, hay que preservar el Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad.

"El metro debe ir periféricamente, respetando el valor arquitectónico del Centro Histórico. Hay que entender que la astronomía Quitu-Caranqui es un hecho. Solo en Quito hay decenas de centros astronómicos naturales".

El autor agregó que esta es la primera vez en la historia de la región que se obtienen evidencias concretas sobre estos conocimientos ancestrales, lo cual confirma la identidad ecuatorial de las sociedades que han existido, existen y existirán en este territorio.

"La gente debe entender que la astronomía Quitu Caranqui es un hecho" Cristóbal Cobo investigador

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