Raúl Soria, Roberto Soria y Andrés Garcés, parte de la banda La iguana invisible. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.
Con ingredientes de funk, soul o blues, pasando por influencias del pop y rock hasta la música electrónica, la banda guayaquileña La Iguana Invisible asume desde un punto de vista contemporáneo, los sonidos de la música disco de los años 70 y 80, en una propuesta que describen como un “dance psicodélico”.
El grupo, que nació en 2016 y que cuenta en su discografía con dos sencillos y un EP, prepara el lanzamiento de su primer álbum, ‘ElectroPsicodelia Vol. 1’. “La idea es pasar la música por lo que llamamos un filtro psicodélico, en cuanto a los efectos, a un ánimo de introspección, pero en una fusión con la que buscamos propiciar ese aliento musical que te hace querer moverte, bailar”, explicó Roberto Soria, de 18 años, el tecladista y el integrante más joven de la banda.
El disco será presentado en un concierto en la sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar el próximo jueves 5 de abril del 2018, como cierre de la gira En Síntesis, que la agrupación cumplió junto a la banda Abbacook, que también participará en el show.
“La ‘vibra’ es unir el color de lo digital con lo analógico, los sintetizadores con la guitarra y los teclados, todo en una mezcla homogénea”, indica Raúl Soria, de 21 años, voz principal, a cargo de los sintetizadores. El reto es imprimirle un sonido fresco al aire retro del electro dance que floreció hasta los años 90, dijo.
El cantante principal de la banda es también el compositor del primer sencillo promocional del nuevo disco, ‘Volar’, lanzado a mediados de marzo.
Se trata de una invitación a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, según el autor. “La memoria inconsciente de la primera vez que te abrazó tu mamá, la primera vez que pisaste el suelo o que el sol te calentó, solo eso es comparable con cómo se siente volar, que es lo que trata de explicar la canción, es lo que realmente te hace sentir libre”, dijo. La banda la integran además Pablo Castillo (voz y guitarra), Roberto Passailaigue (batería) y Andrés Garcés (bajo).
El grupo también asume lo psicodélico en su acepción coloquial, lo que describe una propuesta fuera de lo normal. “Volar es una canción que alude a las primeras cosas con las que te das cuenta que estás vivo”, dice el tecladista.
El año pasado la banda lanzó un EP digital, grabado en vivo, con cuatro canciones inéditas. Antes había grabado sus primeros temas: Mi amigo Raúl, una canción sobre el crecimiento personal y la pérdida de la inocencia; y Girasol, que gira en torno al amor y al desamor adolescente. Los dos temas fueron adaptados al nuevo estilo musical del grupo.