Los lagos salados reducen su tamaño

El Mar Muerto continúa encogiéndose. Fotos: Ingimage

El Mar Muerto continúa encogiéndose. Fotos: Ingimage

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El tamaño de los lagos salados del mundo está reduciéndose. Un estudio publicado en la revista Nature GeoScience muestra cómo la agricultura y el uso del agua por parte de los humanos están afectando a ­estos ecosistemas.

El Gran Lago Salado de Utah, el mar de Aral de Asia, el Mar Muerto en Jordania e Israel, el Lop Nor en China y el lago Poopó de Bolivia son ejemplos de la acelerada disminución de estos cuerpos de agua.

Aunque por lo general los lagos tienden a encogerse o a expandirse, dependiendo de los ciclos naturales, la presión que ejerce la población ha llevado a que los niveles de agua se reduzcan de forma drástica.

El gran lago salado de Utah, por ejemplo, ha disminuido sus niveles de agua en 3,4 metros y se ha constatado una reducción del 50% de su área en los últimos 160 años. Esto ha causado una degradación del hábitat, disminución de especies y un impacto en las aves migratorias que utilizan estas zonas para alimentarse.

Wayne Wurtsbaugh, profesor de Utah State University y autor principal del estudio, explica que, a través de su investigación, pudieron comprobar que si no fuera por la industria y la agricultura, el gran lago salado se hubiese mantenido estable durante todos estos años.

El Gran Lago Salado se redujo en 50%.

El crecimiento de la población es uno de los mayores problemas. Mientras más personas habiten el planeta, la necesidad de utilizar los recursos naturales va a ser mayor, dice. En estados como Utah, se calcu­la que al 2050 se duplicará el número de habitantes.

Los científicos proponen optimizar la utilización del agua a través de mejores sistemas de riego, optimizar el uso de este líquido vital en los hogares y sembrar productos que no necesiten grandes cantidades de agua para su producción.

Si no se cambia el estilo de vida en las zonas cercanas a los lagos de sal, estos podrían de­saparecer y causar afectaciones en la salud. Wurtsbaugh explica que, además de afectar a especies de animales, los humanos podrían sufrir enfermedades respiratorias.

Sin la presencia de estos lagos, es más factible la formación de tormentas de arena que llegarán hasta las zonas pobladas. Un ejemplo de esto ocurrió en el mar de Aral, donde ya se han dado estas tormentas y han elevado el riesgo de salud de la población. Además, según el Observatorio de la Tierra, el clima cambió en el lugar. Los veranos se volvieron más calientes y los inviernos, más fríos.

El mar de Aral es también uno de los ejemplos más dramáticos de la reducción de estos cuerpos de agua. Hasta los años 60 era alimentado por dos ríos, que después fueron desviados por la Unión Soviética. El agua fue utilizada para la siembra de productos agrícolas de la región.

En el estudio se explica que el cambio climático no es actualmente una de las amenazas para estos lagos, pero no se descarta que lo sea en el futuro. El aumento de temperaturas podría influir en la evaporación del agua. Otras zonas, por el contrario, puede que reciban más agua debido a un aumento de precipitaciones.

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