Klayart es un emprendimiento de alpargatas con esencia otavaleña

Claudia Lema creo la marca, tras capacitarse en el diseno y produccion de este tipo de calzado. Foto: Cortesia Klayart

Claudia Lema creo la marca, tras capacitarse en el diseno y produccion de este tipo de calzado. Foto: Cortesia Klayart

Claudia Lema creó la marca, tras capacitarse en el diseño y producción de este tipo de calzado. Foto: Cortesía Klayart

Claudia Lema nació en Mérida, Venezuela, después de que sus padres emigraran en la década del setenta con el fin de buscar nuevos puntos para vender sus artesanías. Su acento es una mezcla entre la energía caribeña y la sobriedad serrana. Su emprendimiento también se enriquece de dos contextos.

Lema creció en una familia muy orgullosa de sus raíces, que le heredó los conocimientos para elaborar artesanías textiles desde niña. En Venezuela se educó y tomó diferentes cursos relacionados a las artesanías y al emprendimiento. Además, se acostumbró a crear para mujeres exigentes con la imagen, como son por lo general las venezolanas.

Lema se mudó a Otavalo de forma definitiva hace cuatro años. Entonces inició la creación de Klayart, la marca bajo la cual elabora alpargatas y otros accesorios típicos de la mujer otavaleña, como wallcas y aretes, pero con un giro contemporáneo.

Klayart viene de la fusión de las palabras Claudia y arte. La letra ‘k’ es en honor a Kiani, su hija.

El proyecto fue lanzado hace tres años. Unas 10 personas de la familia de Lema trabajan en todos los procesos de elaboración de las alpargatas. Los textiles son diseñados y tejidos en casa, para después cortar la capellada y el talón de las alpargatas.

El corcho u otras maderas, la cabuya y las cintas son materiales que se compran a diferentes proveedores y después, en el taller familiar, se arman los zapatos a mano.

Los diseños para mujeres y niñas son los más variados. Lema diseña para hombres, pero está empezando a conocer ese público. Klayart también personaliza. Ha recibido pedidos para bodas tradicionales y otros eventos.

Este emprendimiento ha rebasado el mercado indígena otavaleño. Gente de todo el Ecuador hace pedidos, que son atendidos por servicio de entrega a domicilio.

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