La agrupación Avatar en su presentación en el Kallpa Fest. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Bajo el lema de la fuerza se reunió la comunidad metalera de la capital en la primera edición del Kallpa Metal Fest, para ver a 12 bandas que pusieron a rockear a los asistentes. La cita se desarrolló este sábado 14 de abril, desde las 10:00, en la plaza de toros Belmonte, centro de Quito, y se extendió hasta la noche.
La mitad del cartel estuvo conformado por bandas nuevas. Siempre al frente fue la agrupación que abrió este encuentro. Luego de esta presentación, el público vio en el escenario a bandas como Explosive, Puño, Demolisis, Sarcasmo, Epidemia y Avatar, entre otras.
Enseguida subieron al escenario los guayaquileños Notoken, autores de temas como Viva la revolución, Represión policial, Belleza artificial y Sociedad en llamas. Esta banda llegó desde la Perla del Pacífico para activar un pogo imparable en la pista de la plaza.
Hasta antes de las 17:00, Diego Eivar, productor del festival, calculó la presencia de unos 800 asistentes al evento, que comenzó con 50 en horas de la mañana. El aforo para el concierto fue de 1 800 personas y Eivar estima que este finalizó con unas 1 200.
Hubo asistentes de todas las edades. La mayoría llevaba con camisetas en tributo a bandas como Narcosis, Iron Maiden, Misfits, AC DC, entre otras. A este estilo, algunos lo acompañaron con máscaras del tradicional Aya Uma.
Anahí Díaz, de 17 años, sigue desde niña a Basca, que cerró este festival, alrededor de las 21:00. Aunque este es su grupo favorito, la joven expresó su satisfacción con todas las bandas.
Jummy Chero e Iván Parra llegaron desde las 15:00. Ellos no tienen una banda favorita. Consideran que el cartel es muy bueno y ameritaba una afluencia mayor que la que vieron hasta la presentación de Notoken.
Chero comenta que con un cartel como el de Kallpa Fest sería injusto poner a un grupo por encima de otro. “Es difícil hablar de preferidos con tan buenos grupos”.
Parra coincide en la calidad de la música que ofrece la primera edición del festival. Asegura que, con esa particularidad, esperaba ver más público. “Con carteles así, otras veces se ha visto más gente, pero creo que nos acostumbramos a los eventos gratuitos con bandas nacionales”.
A esto justamente se refirió el productor del evento. Comenta que la intención del mismo es motivar al público ecuatoriano a pagar por ver bandas nacionales. Esta también sería una forma de entender que los músicos hacen sus inversiones para compartir su talento con sus seguidores.
“No estamos en contra de los conciertos gratuitos pero pagar es la mejor forma de valorar el trabajo”.
Pasadas las 17:00 fue el turno del “Longo metal” de Curare, banda que puso a zapatear y poguear con sonidos de metal y vientos andinos.