João Moreira está de visita en el Ecuador para presentar ‘Últimas conversas’, un filme sobre las expectativas de la juventud brasileña. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Sin más protocolo que las respectivas presentaciones, la mañana de este jueves 19 de mayo el director João Moreira Salles ofreció una rueda de prensa. Este encuentro entre el cineasta brasileño y varios medios de comunicación marcó extraoficialmente el inicio de la decimoquinta edición del Festival Encuentros del Otro Cine (Edoc).
Inauguración que estaba prevista para la noche del miércoles 18 con la proyección del documental ‘Fuocoammare’ en el Teatro Capitol, pero que fue aplazada tras la decisión del Municipio de Quito de suspender los eventos públicos, debido a los sismos registrados en la madrugada y mañana de ese día.
Moreira está de visita en el Ecuador para presentar ‘Últimas conversas’, un filme sobre las expectativas de la juventud brasileña, cuya producción fue terminada por Morerira tras la muerte del director Eduardo Coutinho, en el 2014. Tras algunos cambios en el cronograma, este documental será precisamente el que inaugure las proyecciones este viernes 20, a las 14:30, en el Ochoymedio.
Durante el conversatorio con los medios, Moreira habló sobre la íntima relación que mantenía con un director cuya obra y reflexiones fueron elementos decisivos en el camino recorrido por Moreira en el documental. Esa misma cercanía lo impulsó a retomar el trabajo que Coutinho había dejado inconcluso y junto a Jordana Berg tomaron la decisión de iniciar el montaje de ‘Últimas conversas’ en ausencia de su autor, valiéndose de su conocimiento sobre la obra de Coutinho y de notas que había dejado al margen de las entrevistas y guiones que había realizado.
Aunque ese filme existe, Moreira explicó que no fue estrenado porque no alcanzaba a expresar realmente el punto de vista del autor original. Entonces hubo un segundo documental, en el que se incluyó el proceso de rodaje que muestra como Coutinho se relacionó con el proyecto y su proceso.
De autor a personaje, algo parecido sucedía con Moreira en la producción de ‘Santiago’, la historia de un mayordomo cuyos registros fílmicos fueron retomados 13 años después para convertirse en una reflexión sobre la ética documental, que llegó al público en el 2006. Sobre ese ejercicio, Moreira puede decir que la presencia y la mirada personal es importante cuando realmente es necesaria, de lo contrario se contrario se convierte en una acción narcisista.
Otro sismo de 3 grados de magnitud, registrado en la provincia de Tungurahua ocurría mientras Moreira hablaba sobre el documental en momentos de crisis o desastres como el que atraviesa el Ecuador en estos momentos. Explicaba que las diferencias entre el documental y el periodismo están el tiempo, en la forma de enfrentarse a la realidad y el tratamiento dado a las historias. “El documental es bueno en ofrecer experiencias y el periodismo, para dar información”, decía el realizador que no cree en los documentales instantáneos.
Sí cree, en cambio, en la necesidad de mantener activos los circuitos alternativos y los festivales como espacios de encuentro y como una oportunidad para ofrecer y acceder a experiencias novedosas por fuera del canon comercial. Admite que el cambio en los hábitos de consumo del audiovisual son un reto para el realizador y el cine independiente en general.
Este viernes, el documentalista estará presente en Ochoymedio para presentar los dos documentales (‘Últimas conversas’ y ‘Santiago’) y compartir con el público algunas impresiones sobre su experiencia en el audiovisual.