La glorieta del parque central de Jipijapa es uno de los espacios públicos declarados patrimonio cultural. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
En las calles de Jipijapa todavía se recuerdan los años de esplendor como ‘Sultana del café’. Pero pocos saben que fue declarada Ciudad Patrimonio.
Desde que se ingresa a este cantón manabita es como transportarse a parte de la historia del país. En esas paredes de madera, de grandes ventanales y soportales amplios, se guarda la nostalgia de una época. Del ‘boom’ de los buenos precios del café, que daba trabajo a cientos de campesinos montuvios, al declive hacia finales de la década del 90.
En sus calles se mantienen los comerciantes que venden hayacas, mangos y queso fresco. Pero la modernidad se muestra en los locales de marcas de celulares, equipos de sonidos y electrónicos.
La antigua casona esquinera, en las calles Bolívar y Colón, parece montada sobre letreros de colores de nombres comerciales, mientras en sus paredes se muestra el deterioro. La parte alta está desocupada y en la planta baja, los clientes entran y salen de los negocios.
Ese es uno de los 17 inmuebles, un conjunto urbano y dos espacios públicos de la ciudad que recibieron el reconocimiento de patrimonio cultural.
Diagonal a esa esquina se levanta otra casona que también está en la lista. La fachada, los balcones y los soportales están mejor conservados y mantienen los rasgos arquitectónicos de la gran época cafetera. Eso dice Marisol Quimis, funcionaria municipal que ha investigado sobre los inmuebles patrimoniales del cantón.
Genaro Nieto revisa las escrituras antiguas para revisar la fecha de construcción, pero no la encuentra en los documentos. La primera compra que aparece es en 1923. Y en 1984 pasó a manos de su familia, con la que todavía la habita.
Las amplias escaleras conservan la madera original y llevan hasta la planta alta, donde él muestra orgulloso los objetos antiguos: máquinas de escribir, vitrolas, teléfonos y una serie de objetos.
En una de las paredes hay una foto en blanco y negro de la Casa Thalía, donde nacieron sus abuelos. Ese inmueble también está en la lista de patrimonio. Pero la casona solo conserva la fachada, pues en su interior se muestra la intervención de obras recientes.
El Ministerio de Cultura y Patrimonio emitió el Acuerdo de declaración el 10 de agosto pasado. El proceso había comenzado en el 2009. Pero fue en la administración del alcalde Teodoro Andrade, en el 2015, cuando se retomó las gestiones ante la Dirección Regional 4 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Eso explica Félix Fuentes, director de Planificación del Municipio.
Según la declaratoria, se consideró el emporio de riquezas arqueológicas, casas antiguas, gastronómicas, costumbres, creencias y tradiciones. Todo eso está ligado a una riqueza que se combina con el tradicional encanto colonial.
El expediente para el proceso se trabajó a través de un convenio con la Universidad Estatal del Sur de Manabí, el INPC y el Municipio de Jipijapa.
El Cabildo tiene planeado invertir USD 100 000 para la recuperación y mejoras de la glorieta, que se ubica en el parque central Simón Bolívar. Ese espacio público es uno de los dos declarados patrimonio.
El otro es el monumento La Libertad, que se levanta en la plazoleta junto al parque. Otro proyecto es la recuperación y reforzamiento de las torres de la iglesia, con una inversión de USD 73 000.