Es la Kuithza Yaku o la segunda finalista de Ñusta Andina. Quiere dar a conocer la historia. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
Se graduó del colegio este año y está esperando los resultados del examen de la Senescyt. Quiere estudiar arquitectura o ingeniería civil y mientras se prepara para iniciar la vida universitaria, se enrola en las reuniones y eventos en su comunidad.
Jeyna Chuquin, a sus 17 años, es una de las líderes de Angochagua y ahora también su representante en el Ecuador. En años anteriores participó en diferentes grupos juveniles y también fue la Ñusta de su parroquia. Estas experiencias la prepararon para participar en el concurso Ñusta Andina, que reunió a mediados de julio a jóvenes indígenas de todo el país para elegir a la Reina Indígena del Ecuador.
Chuquin quedó como segunda finalista y ganó el título de Kuithza Yaku o Señorita Agua. Trabajará junto a la reina, Karen Narváez, y la Señorita Viento y Señorita Fuego en proyectos para revitalizar la identidad indígena.
Mientras tanto, su trabajo sigue desde su comunidad. Da a conocer que a mediados de agosto se realizará en Angochagua un evento que promocionará proyectos para la participación social de los jóvenes, niños y adultos mayores de su comunidad.
Junto a su padre, Milton, tomó la decisión de participar en el concurso, pues querían dar a conocer las costumbres y tradiciones de Angochagua. Por ejemplo, indica, las mujeres kichwas karanki son reconocidas por usar el centro -una falda plisada-, pero en Angochagua se usa anaco.
Explica que estas características del vestuario y otras tradiciones se remontan al pasado precolombino. Con la conquista de los españoles, se asentaron diferentes haciendas, entre ellas Zuleta y Magdalena, donde se adoptó el centro a la vestimenta.
Mientras tanto, en las comunidades de Mariano Acosta y Angochagua se mantuvo el anaco. A pesar de la distancia entre estas dos poblaciones, son comunidades hermanas. Para no ser colonizadas por los españoles, la primera que se encuentra en el cantón Pimampiro, se asentó en las montañas, y la segunda que está en el cantón Ibarra, se asentó en un territorio profundo.
Fue por ello que algunas costumbres se fueron diversificando. A primera vista, también se puede reconocer a una mujer de Angochagua por los accesorios y blusa que viste. Mientras en Zuleta y en otras comunidades las mujeres usan candongas con formas de hojas y flores, en Angochagua estas joyas tienen tres niveles. En cada uno hay una paloma, una flor o una rosa.
La prenda superior es una camisa que también cubre las piernas y sobre la que se pone el anaco. En la parte del pecho y de los hombros se bordan flores de diversos colores.
A pesar de las diferencias, estos pueblos son muy unidos, asegura Chuquin. Para las festividades eligen una sede y todas las comunidades colabora en la realización del evento, ya sea con alimentos, bebidas, música o baile.
Como una de las líderes juveniles de su comunidad, también le preocupan otros temas. Cuenta que su objetivo es llegar a la Universidad Central del Ecuador o a la Universidad Estatal de Cuenca, ambas localizadas en ciudades donde los temas de diversidad sexual y género son más hablados.
Reconoce que este es un tema del que no se habla en su comunidad, lo que afecta a las personas Glbti, pues todavía hay muchos estereotipos y prejuicios. Cuenta que le gustaría hacer proyectos para sensibilizar a niños, jóvenes y personas adultas.