10 instrumentos tsáchilas rescatan su tradición musical

La comunidad trabaja en el rescate de su tradición musical; para ello ha involucrado a los más jóvenes en un sistema de aprendizaje continuo

La comunidad trabaja en el rescate de su tradición musical; para ello ha involucrado a los más jóvenes en un sistema de aprendizaje continuo

La comunidad trabaja en el rescate de su tradición musical; para ello ha involucrado a los más jóvenes en un sistema de aprendizaje continuo. Foto

Los tsáchilas se inspiraron en el bosque para confeccionar sus instrumentos musicales. Estos nacieron hace unos 500 años para armonizar los rituales y ceremonias de la nacionalidad radicada en Santo Domingo.

Los primeros sonidos se realizaban con las hojas de los árboles de la chonta y el pambil. Al chocarlas, el sonido era similar al de una correntada de viento en el bosque, señala el chamán Abraham Calazacón.

Luego descubrieron que al entrelazar las uñas de las cabras con las ramas de los árboles se obtenía un sonido de mediana intensidad. A este instrumento se lo denominó Newe pami. “Es un instrumento netamente utilizado en los rituales para buscar una conexión con los espíritus”.

También aparecieron instrumentos como el parinki (rondador), que se elaboraba con las plumas de las aves y la chitsá, que era una pequeña flauta de madera. Pero según la Gobernación, estos instrumentos desaparecieron hace más de 300 años. “Los tsáchilas dejaron de confeccionarlos porque algunas aves ya no se encontraban tan fácil en el territorio”, afirma el gobernador Javier Aguavil.

En la actualidad, 10 de los 13 instrumentos nativos aún se conservan en los museos etnográficos y centros culturales. En el centro Abraham Calazacón, ubicado en la comuna Chigüilpe, los instrumentos están divididos. En la casa del chamán están los instrumentos de viento, que se utilizaban en los rituales. Mientras que en el escenario, se encuentra el bombo (bambutuna), el tambor (wabambutú) y la marimba.

Este último cambió la forma de hacer música en la nacionalidad. Según el historiador José Orellana, la música era utilizada únicamente para las ceremonias. Pero el intercambio cultural con los chachis, de la zona de lo que hoy es Esmeraldas, hizo que se introdujera la marimba hace unos 200 años. “El sonido de la marimba hizo que los tsáchilas crearan danzas, que representaban el movimiento de la selva y el comportamiento de los animales”.

Entonces –agrega– se añadieron letras a las melodías. Calazacón señala que eran historias en las que se contaba la fortaleza de los animales y los adultos mayores daban consejos a los hombres sobre cómo protegerse de los animales salvajes y cómo cazar.

Pero en la comuna Colorados del Búa, la inspiración tsáchila fue más allá. Se crearon canciones sobre las leyendas tsáchilas. Incluso hay una marcha nupcial, que se entona únicamente si los novios han nacido en la misma comuna y los dos pertenecen a la nacionalidad.

En esa comuna hay 10 marimberos reconocidos. Ellos aún elaboran los instrumentos y componen canciones en su idioma natal, el tsáfiki. “Se les enseña a las nuevas generaciones sobre el valor que tiene nuestra música”, señala el marimbero Agustín Calazacón.

En los centros turísticos y ancestrales, los músicos comparten con los jóvenes el legado musical. En el centro comunitario Tolón Pelé, en Chigüilpe, se capacita a 30 niños y jóvenes de la comuna.

“Estamos tratando de rescatar nuestra cultura con los jóvenes. Se les enseña el idioma, a danzar y a tocar los instrumentos”.
En Colorados del Búa, en cambio, la educación cultural está a cargo de los ancianos. Ellos reúnen en las noches a los jóvenes para contarles historias y luego ellos las transforman en música. De hecho, ya se han conformado tres agrupaciones musicales, que han mezclado instrumentos como el piano y la guitarra con la marimba y el bombo.

Para el exgobernador tsáchila Héctor Aguavil, es fundamental que se enseñe a elaborar los instrumentos porque aunque los jóvenes saben tocarlos, son pocos los que los fabrican. “Solo 10 personas hacen marimba. Todos son adultos, sino trabajamos en su fabricación a la larga desaparecerán”.

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