Briana y Zully ya no tienen temor de mostrarse como son. Ayer por la mañana llegaron a las dependencias de la Defensoría del Pueblo, en Guayaquil, con trajes cortos, maquillaje sobrio y largas extensiones de cabello. Son transexuales femeninas y pidieron a la institución que investigara por qué en el sitio en donde trabajaban las despidieron.
Ambas laboraron en una cadena nacional de cafeterías, en sucursales en Quito.
Hasta que el jueves 26 de diciembre, a las 22:00, asistieron a una fiesta por fin de año organizada por la compañía.
Dice que fueron vestidas como mujeres. ” No nos dejaron entrar. Nos dijeron que era una falta de respeto. Luego de eso nos despidieron“, relató Zully, de 24 años y conocida en su trabajo como Hernán.
Un video de cuatro minutos muestra lo que sucedió. Grabaron el momento en que llegaron al local donde sería la reunión y a una ejecutiva de la compañía que les impide el paso. “Aquí se firmó el contrato con Hernán G. Qué vamos a hacer cuando se llame al señor Hernán G. y salga así”, se oye en el video.
Zully explicó que esta no fue la primera vez. “Desde antes fuimos víctimas de acoso. Por ejemplo, la discriminación por mi cabello. Pedí tenerlo un poco largo, pero la Gerente Regional de Quito me dijo que no quería ningún tipo de excusa para dejar crecer mi cabello. Dijo que quería hombres y señores, según la política de la empresa”.
Tanto Zully como Briana comenzaron un proceso de armonización para lucir más femeninas. Fue hace un año y medio y eso les causó inconvenientes en la empresa.
El día de la fiesta fuimos con trajes formales, como lo ameritaba la situación. Incluso estábamos más bonitas que las que estaban ahí”, contó Briana, de 21 años.