Una iniciativa de forestación contribuirá al ambiente en la Amazonía

Shungo, una voz que significa corazón en idioma quichua, fue la primera planta en ser bautizada y sembrada en esta iniciativa. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Shungo, una voz que significa corazón en idioma quichua, fue la primera planta en ser bautizada y sembrada en esta iniciativa. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Shungo, una voz que significa corazón en idioma quichua, fue la primera planta en ser bautizada y sembrada en esta iniciativa. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Autoridades, profesores y alumnos de la Universidad Regional Amazónica (Ikiam) de Ecuador iniciaron la siembra de 900 plantas en dicho campus académico para conmemorar el Día Nacional del Árbol. Y fue Shungo, una voz que significa corazón en idioma quichua, la primera planta en ser bautizada y sembrada en Ikiam por Álex Hurtado, gobernador de la provincia amazónica de Napo.

Con la siembra de Shungo comenzó la Jornada de Arborización programada en esa Universidad, que concluirá la próxima semana y que intentará cubrir las dos hectáreas del campus destinadas para el efecto, informó una fuente de Ikiam, nombre que en idioma nativo shuar significa selva.

Shungo es un individuo de la especie guayacán amarillo (Tabebuia chrysantha), que junto a otra variedad del tipo rosado, predominarán en Ikiam, como una forma de “devolver lo que nos fue dado” cuando se ocupó este terreno para construir la Universidad regional, agregó la fuente.

Aproximadamente, entre el 42 y el 50 por ciento de la biomasa de un árbol es carbono, por lo que sembrar 900 individuos autóctonos en dos hectáreas, permitirá reducir de “300 a 500 toneladas de dióxido de carbono (CO2) durante 100 años”, señaló Roldán Torres, vicerrector de Ikiam.

“Sembraremos los árboles en una extensión equivalente a la totalidad del espacio físico ocupado por la construcción de los edificios de la Universidad, con ello devolvemos casi lo mismo que tomamos, porque estamos en una zona donde la reforestación es necesaria y nosotros debemos contribuir”, remarcó Torres.

Ikiam, dijo, respeta su entorno natural y posee una construcción completamente amigable con el ambiente, que ha ocupado un muy corto espacio de las 240 hectáreas de su campus y de las 93 246 hectáreas de la Reserva Biológica Colonso-Chalupas, considerada el “laboratorio vivo” de la Universidad.

“El árbol es el amigo de cien brazos. Árboles de guayacán, samán, caoba... son los hijos de Ikiam y cuidaremos de ellos”, sostuvo Franco Gutiérrez, un ingeniero forestal que aportó una parte del volumen de plantas destinadas a la arborización, que incluye un plan de cuidado por seis meses de las plantas a cargo de sus padrinos o sembradores.

Entre las especies escogidas para la siembra, además de samán (samanea), guayacanes amarillos y rosados, figuran también individuos de tamburos, achotillos (frutos), aguanos, laureles, donceles, yutsos y otras especies nativas de la región.

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