Los sonidos de Arkabuz reinterpretarán canciones de otras agrupaciones que también fueron o son parte de la escena musical independiente.
Aunque la música moderna (rock y pop) tuvo en el país representantes de varias manifestaciones desde finales de los años 60, fue a partir de los 80 que aparecieron actos musicales cada vez más auténticos; actos que abandonaron los covers y se acoplaban mejor a la carencia de logística de ese entonces.
Hubo primeras respuestas locales a movimientos que aparecieron en el exterior. Así se gestaron las primeras agrupaciones de punk, hip hop, rock alternativo, fusión, electro, hardcore, death metal, etc.
Tras el auge global del grunge estadounidense y del britpop británico -dos escuelas del rock indie que dominaron por sobre el pop y el hip hop en estos años- la bisoña escena nacional empezó a concebir actos derivados.
Su afiliación era la herencia a retazos del sonido anglo o latino de la cadena MTV (en su señal mexicana y argentina especialmente) y una filosofía de ‘hazlo tú mismo’, propia del punk y aplicada a la carencia de industria.
Esto ya pasaba en el mundo de los 80, pero acá se empezó a definir en los 90. Eran ‘independientes’. Es decir, no respondían a una disquera o a un contrato con una marca. Se debían a sus propias inversiones -o las de sus familias- para sacar un producto discográfico.
Desde entonces, esta corriente -más integrista que alienadora en cuanto a influencias- ha ido madurando hasta el punto que hoy, lo ‘indie’ o alternativo vive un auge sustentado en producciones, músicos y hasta prensa más especializados y con proyección internacional (giras y firmas con sellos foráneos argumentan este punto).
Bajo ese importante contexto se ha concebido uno de los nuevos números del proyecto de antologías del Ministerio de Cultura y Patrimonio. ‘Escena Independiente Ecuador’ es un disco que reversionará composiciones claves del pasado con interpretaciones de las nuevas figuras de estos géneros.
Es decir, composiciones de nombres como Promesas Temporales, RoCola Bacalao, Sudakaya, Tanque, Can Can o Biorn Borg -por nombrar algunas- serán interpretadas en el estilo contemporáneo de Niñosaurios, Macho Muchacho, Alkaloides, Arkabuz, Munn, Bueyes de Madera o Jazz the Roots.
El también músico Daniel Pasquel está detrás de la producción de esta obra. Por un lado es el responsable de la curaduría sobre el contenido, es decir, se encarga de seleccionar las canciones y lidiar con la obtención de licencias de los temas para poder reinterpretarlos (con el añadido de que algunos compositores están fuera del país o ya han fallecido).
Por el otro, Pasquel supervisa la calidad del producto desde la grabación y mezcla en algunos estudios del país, hasta que la producción sea masterizada en los estudios Lodge de Nueva York.
Si eso fuera todo, su contrato con el Ministerio quedaría cumplido al entregarse el disco máster. Sin embargo, el productor ha ido más allá de su responsabilidad y ha diseñado un plan de difusión y expectativa para dar a conocer el proceso de concepción de la obra. Esto lo diferencia de los proyectos anteriores de esta colección de antologías, que hasta la fecha ha editado cuatro números.
“Si esperamos a lo que nos dé el Ministerio (serían) 10 000 o 15 000 copias que van a quedar en alguna bodega porque nadie compra un disco que no sabe que existe”, asegura Pasquel. A la par -agrega- el plan consiste en comunicar lo que acontece a diario en las grabaciones a través de la página web Escenaind.ec y de las redes sociales del mismo nombre con videos, fotos y textos que al final se integrarán en un gran documental que acompañará al proyecto discográfico, que tiene como tentativa circular a finales del 2014.
Las personas detrás del proyecto -que reúne a diferentes generaciones y géneros (rock, pop, reggae, jazz, electro, ska, hip hop o fusiones en general)– están convencidas de que esta estrategia tendrá mejores resultados, pues han reconocido a las plataformas disponibles en la Internet como su principal medio de comunicación, de cara a difundir música que ha sido relegada de medios como la TV y la radio.
En contexto
‘Antologías Musicales Ecuatorianas’ es una iniciativa estatal para rescatar la memoria musical. Ya se han editado los discos ‘El pesebre de mi tierra’, ‘Antología del rock’, ‘Baladas sinfónicas’ y ‘Canciones emblemáticas uno por uno’. Ahora, se gestionan siete más.