Las luminarias que utilizan bombillas LED y pantallas de polietileno son una opción para exteriores. Foto: Cortesía de Mr. Dream, Design Studio y www.archiexpo.com
Uno de los puntales de la decoración actual es la iluminación. De su aplicación depende, en gran medida, el éxito o el fracaso de un escenario, un patio exterior o una estancia.
Una clase de iluminación es la indirecta, que es un recurso muy útil para crear ‘luces de ambiente’, muy íntimas y sugestivas e ideales para alumbrar patios, terrazas, piscinas y hasta salas informales.
Para lograr este tipo de iluminación específico se han diseñado unas luminarias (de piso y colgantes) que fusionan, al menos, tres elementos de última tecnología: los diodos LED, las pantallas de polietileno de amplio espectro y las baterías recargables autónomas, que permiten que se movilicen sin ningún reparo hasta donde su propietario las necesite.
El mercado mundial se ha inundado de esta categoría de lámparas, que son producidas por reconocidas empresas como Foscarini, Flos, Kartell, Artemide, Globe o Mr. Dream y creadas por los gurús del diseño industrial como Ludovica y Roberto Palomba, Patricia Urquiola, Gaetano Pesce…
Foscarini, por ejemplo puso en la órbita mundial la Gregg Exterior, diseñada por Ludovica y Roberto Palomba.
La Gregg, explica la Arq. Lorena Uribe, principal de Design Studio, que la importa, es una lámpara de luz difusa. El difusor es una pantalla de polietileno estampado en una moldura rotacional de zinc pintada con polvo poliéster. Puede ser de suspensión o de pie y de forma ovalada o de otras figuras.
La de suspensión posee un cable eléctrico forrado de neopreno; la de piso o de sobremesa, baterías. La luz es blanca.
Las que comercia Mr. Dream también son colgantes, de pie o de sobrepiso.
Patricia Bravo, propietaria del almacén, afirma que estas luminarias utilizan bombillas LED y sus difusores son de polietileno de alta densidad (HDPE) resistente a los rayos ultravioletas (UV) y a la intemperie. Son resistentes al agua de la piscina y los cambios en el clima. Son, asimismo, de bajo mantenimiento, libre de toxinas y 100% reciclables.
Sandra Bustamante posee varias de estas lámparas en su residencia de Cumbayá. Ella rescata su versatilidad, larga vida y facilidad de movimiento, que le permite cambiar de ambiente cuando lo desea. Ponen un toque íntimo y hasta sensual al patio o la estancia. Además, luego de recargarse, la batería dura unos dos días.