De niña, Ileana Viteri pasaba con su padre en una buhardilla, que funcionaba como taller. Allí descubrió el color, la piedra, la madera y la trementina, cuyos olores son portadores de recuerdos.
Recuerdos como el de esa vez que Oswaldo Viteri, el insigne pintor ecuatoriano que es su padre, le manchó con carboncillo la cara, le puso ropa muy holgada y le dio un fajo de periódicos viejos; disfrazada de canillita se fue a un acto de la escuela, para venderles diarios a niñas vestidas de princesas.
Esta anécdota que contamos en el 2011 en este mismo Diario, a propósito de la celebración de los cuatro años de la Ileana Viteri Galería, vale para graficar nuevamente el carácter especial de la mujer que ha hecho posible ese proyecto que ha abierto las puertas a la obra de decenas de artistas nacionales e internacionales.
Con estudios en artes, Arquitectura y Pedagogía, y su interés por la música, la Historia y la Filosofía, Ileana Viteri es en cultura, intereses y sensibilidad el equivalente a un hombre del Renacimiento.
Su vasto conocimiento sobre las artes visuales, con las que creció con la normalidad que otros niños han crecido pegados a una televisión, es clave en la solidez que ha ido adquiriendo la galería que ha construido los últimos seis años y medio.
El último año, aquejada por un cáncer ha permanecido la mayor parte del tiempo alejada de sus actividades de galerista y de profesora. Sin embargo, la galería ha seguido funcionando. El espacio que ha ganado dentro de la ciudad es clave; en opinión de la artista Margot Ledergerber, ha retomado el papel que tuvo La Galería, que dirigía Betty Wapenstein en los 90.
Una vez sobrevenida la crisis bancaria a finales de esa década, el público y los artistas de Quito y el país quedaron huérfanos de galerías. Así permanecieron por varios años. Y a mediados del primer decenio del nuevo siglo surgió Ileana Viteri Galería, con una propuesta seria, con una visión artística y alejada del mercado fácil. El sitio además forma públicos, pues cumple con una labor difusora de las artes.
Como una forma de agradecimiento a este empeño, alrededor de 50 artistas que han pasado por Ileana Viteri Galería han donado obra para la subasta que se realiza hoy martes 10 de junio, a partir de las 18:30, en El Pobre Diablo (Isabel La Católica y Galavis, esquina).