Los convenios entre el IESS y las clínicas privadas permitieron que éstas mejoren su infraestructura, amplíen servicios y, algunas, subieran de categoría e ingresos.
Esto se evidencia en mayor medida en centros de atención ambulatoria (primer nivel) y de mediana complejidad (segundo nivel).
La Clínica Santa María comenzó hace 16 años con atenciones mínimas en el sur de Guayaquil. Pero dio un giro hace cinco años, cuando arrancó su convenio con el IESS. Y hace dos fue acreditada como clínica de segundo nivel.
Un promedio de 200 asegurados al IESS llegan al mes a este centro, quienes representan el 70% de ocupación. Por la atención que les dan facturan aproximadamente USD 300 000 mensuales, explicó su gerente Shirley Obando.
La Santa María tiene 29 camas, ocho de ellas son de Cuidados Intensivos; área de Emergencia y dos quirófanos para cirugías de abdomen (hernias, vesícula, apéndice, también hacen cirugías bariátricas para casos de obesidad).
La zona en donde se ubica (Lorenzo de Garaicoa y Argentina) está rodeada por edificios de departamentos y bodegas, por lo que ha resultado difícil extender el área de hospitalización.
Pero hace dos años adecuaron un espacio frente a la clínica, en donde funcionan 10 consultorios de especialidades médicas. Estos fueron evaluados por el IESS y están a la espera de otra acreditación.
En Pichincha y Guayas hay más prestadores externos
Desde el 2010 hasta agosto pasado, el Seguro Social ha firmado acuerdos con 509 centros médicos privados, para cubrir la demanda, principalmente, en los dos primeros niveles de atención.
Según las autoridades, con estos convenios se está cubriendo el 17% de la demanda, pero aún existe un 21% que no está atendido.
Para cubrir este déficit se resolvió que, desde ayer, los médicos generales sean los únicos que puedan dar citas para que los pacientes acudan a galenos de especialidad (endocrinología, ginecología, gastroenterología, entre otros).
De esta manera se procurará que el asegurado o jubilado ya no tenga que llamar nuevamente al ‘Call center’ (140) y que obtenga citas en siete días y ya no en uno, dos o más meses, como ha ocurrido.
Las provincias en donde más se requiere de atención son Pichincha y Guayas, por lo que de los 509 prestadores externos que tienen convenios, 363 se concentran en estos dos puntos del país.
En cuanto a la facturación, el Seguro ha inyectado de forma global a las clínicas privadas USD 426,6 millones en el 2011; y en el año siguiente la cuenta se incrementó cerca de 200 millones. Estos pagos pasan por auditorías previas (ver cuadro y nota adjunta).
La Novaclínica, en el norte de Quito, desde que tiene convenio con el Seguro -hace cuatro años-, ha incrementado sus servicios progresivamente hasta llegar a cubrir todas las especialidades. El 45% de sus pacientes son del IESS.
Actualmente por procesos administrativos y financieros, su director médico, Jack Bermeo, explicó que el IESS les calificó en segundo nivel. Sin embargo, cuenta que también hacen cirugías traumatológicas y de ortopedia, que son consideradas de alta complejidad (tercer nivel). Entre ellas, artroplastia de cadera, reemplazo de rodilla.
Junto con el crecimiento de servicios, el personal de esta clínica también aprendió a normatizarse, por ejemplo, manejar cada enfermedad con un código internacional, que el país ha ido acogiendo.
Los honorarios también están regulados por el IESS. Bermeo recuerda que antes los costos eran impuestos por las aseguradoras privadas, ahora esto cambió.
Hace tres años la Clínica El Batán se situaba en primer nivel y ahora está en proceso de calificación para segundo nivel. Esto significó tener una mayor cobertura en áreas críticas: Emergencia, Unidad de Cuidados Intensivos, Neonatología con cuidados intermedios, adecuación física e instrumental, monitoreo y vigilancia.
Esta clínica tiene 25 años y solo trabajaba con medicina general, gineco-obstetricia, pediatría y urología. Ahora se expandió a otras ocho especialidades más. Antes del convenio tenía un 50% de ocupación, ahora se elevó al 95%.
El flujo de pacientes en las clínicas de segundo nivel es permanente, pues en promedio se quedan hospitalizados 72 horas.
Más prestadores quieren entrar en la red de atención
Los resultados que han tenido estas clínicas han motivado a otras a buscar alianzas con el IESS. Es el caso de Clínica Rendón, ubicada en Miraflores, norte de Guayaquil.
Su directora médica, Ámbar Agrazal, explica el porqué con cifras: “de cada 10 pacientes que atendemos, ocho o nueve son afiliados del IESS (…) Además, por este sector viven muchos pacientes jubilados”. Este centro médico tiene 30 años. Su fachada es similar a la de las casonas que copan esta zona residencial.
Hace un año cambió de propietarios, quienes desde enero comenzaron el trámite para ser parte de la lista de prestadores externos del primer nivel de atención. En mayo pasaron por una inspección y están a la espera del documento que certifique el convenio.
Agrazal explica que aplicaron varios cambios para aprobar: ampliaron la sala de espera, incluyeron la atención de partos y cesáreas, y remodelaron la Unidad de Cuidados Intensivos (tiene siete camas).
La directora reitera que están en capacidad de atender cirugías de todo tipo, mientras que en hospitalización cuentan con 19 camas.
En las consultas
El IESS da entre 15 a 20 minutos para que un médico de atención primaria atienda a un paciente. En caso de procedimientos y según el tipo puede llegar a un máximo de 60 minutos.
Un paciente que ya recibió un diagnóstico normalmente requiere de dos a tres citas médicas. En el caso de los pacientes crónicos esta cantidad sube.
A los pacientes crónicos, desde el 6 de julio del 2012 se les estaba entregando las medicinas en forma mensual; pero esto causó malestar y el pasado 30 de mayo se derogó esta disposición. Ahora se entrega medicamentos hasta por 180 días y mínimo 90 días.
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