Un elefante africano parece salir en estampida por una de las puertas de un edificio del conjunto vaticano. Foto: Cortesía
El cambio climático dejó de ser una utopía o un evento natural mirado de soslayo para convertirse en una amenaza real, medible y cuantificable.
Para muchas de las regiones más pobres y vulnerables, este cambio es un ultimátum para la población y para su subsistencia. Mientras en las regiones áridas, las largas sequías obligan a niños y a mujeres a buscar agua en lugares cada vez más alejados, en muchas pequeñas islas, el aumento del nivel del mar amenaza las costas y la vida de las comunidades.
La búsqueda de soluciones para frenar ese posible Armagedón impulsó a la realización de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21), que finalizó ayer en París.
Parte de este trascendental encuentro estuvo a cargo de varios cineastas y fotógrafos, quienes dieron cuerpo a dos eventos importantes: el documental ‘Racing Extinction’, cuyo objetivo es evitar la extinción de las especies; y ‘Fiat Lux: Iluminar nuestro hogar común’, que se proyectó el martes pasado en la Basílica de San Pedro en solidaridad con las conversaciones COP21 y, asimismo, como uno de los actos de la inauguración del Año del Jubileo de la Iglesia Católica Romana de la Misericordia, en el Vaticano.
Las pantallas para ambos documentales fueron algunos de los íconos arquitectónicos más famosos de la Tierra, además de San Pedro. Fueron escogidos, por ejemplo, el Empire State, de Nueva York; la Torre Eiffel y el Gran Palacio de París; la plaza mayor de Bruselas…
Imágenes de algunos de los más grandes fotógrafos ambientales del mundo, incluidos Sebastião Salgado, Joel Sartore, Yann Arthus-Bertrand y Louie Schwartzberg.
‘Racing Extinction, una carrera contra la extinción de las especies del planeta’, en cambio, es un filme del fotógrafo, ambientalista y director multipremiado Louie Psihoyos.
“Estamos conectados. En cualquier lugar donde se viva.
En Reino Unido, Siria, Rusia o Estados Unidos, estamos todos conectados por esos organismos a los que no les prestamos atención. Si no resolvemos el problema climático, nunca podremos encaminar los problemas humanos”, dijo Psihoyos.