Holanda apoya la conservación en San Agustín

En el convento se adaptó un taller para el trabajo de conservación de los libros. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

En el convento se adaptó un taller para el trabajo de conservación de los libros. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

En el convento se adaptó un taller para el trabajo de conservación de los libros. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

La biblioteca del convento de San Agustín tiene en su acervo 33 ejemplares de libros corales, textos de gran formato, tapa de cuero y hojas de pergamino, que eran utilizados por los obispos durante los cantos de las misas.

Uno de esos ejemplares forma parte de los 300 libros que fueron seleccionados para la primera fase del proyecto de conservación y salvaguarda de la Colección de Bienes Documentales que tiene esta biblioteca, un repositorio que cuenta con más de 18 000 libros.

Entre los textos seleccionados también está una edición de los ‘Comentarios reales de los Incas’ e ‘Historia del Perú’, escritos por el inca Garcilaso de la Vega; la ‘Historia de México’, de Antonio de Solís; y una edición príncipe (1741) de ‘El Orinoco ilustrado’, del autor José Gumilla.

Dentro de esta primera etapa, que contó con el financiamiento de la Fundación Príncipe Claus, de Holanda, también está ‘Vida de San Juan Evangelista. En este libro se encontró un grabado realizado por Raimundo de Salazar y Ramos, uno de los primeros impresores quiteños.

Para este trabajo de conservación, la Comunidad Agustina adaptó un taller de restauración dentro del convento. En este espacio trabaja un equipo multidisciplinario integrado por Graciela Mascareño, experta en conservación de papel; Alfirio Mendoza, experto en digitalización y fotografía; José María Sanz, experto en lenguas clásicas; y Gustavo Salazar, bibliotecólogo.

Harold Bustos, director ejecutivo del patrimonio del convento de San Agustín, explica que el proyecto, de forma global, incluye la conservación de todo el acervo y su posterior digitalización para la creación de una base de datos virtual. Ramiro Endara, director de la Fundación Conservartecuador, que es la ejecutora del proyecto, añade que su objetivo es conseguir fondos para continuar con este trabajo.

La biblioteca del Convento de San Agustín, donde funcionó la Universidad de San Fulgencio, la primera de Quito, también alberga 18 mapas antiguos de cartografías del Ecuador y de otras latitudes.

Dentro de los 18 000 ejemplares que pertenecen a esta biblioteca hay libros de sermones, doctrina cristina, medicina, matemáticas, arquitectura, arte militar, geografía, historia y tratados de relojería. También, obras de autores clásicos grecolatinos como Esopo, Horacio, Ovidio, Catulo y Virgilio. El libro más antiguo que hay en este repositorio de la memoria es del siglo XVI.

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