La historia de Manta se mantiene viva en 33 casas

En este edificio funcionó durante varios años, desde 1918, el Hotel Aragonés; está en la Avenida 2. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

En este edificio funcionó durante varios años, desde 1918, el Hotel Aragonés; está en la Avenida 2. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

En este edificio funcionó durante varios años, desde 1918, el Hotel Aragonés; está en la Avenida 2. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

Datan de 1900 en adelante y son los inmuebles que se conservan con celo en el centro de Manta. Se trata de edificaciones de dos y hasta tres plantas, en las que sus ocupantes forjaron parte de la historia de la zona urbana del cantón, recuerda el historiador mantense José Elías Sánchez.

En la actualidad, hay 33 inmuebles que forman parte de los bienes patrimoniales que fueron inventariados por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) regional 4.

En la Avenida 2, y a 50 metros del malecón de la ciudad, desde 1 900 empezó el ‘boom’ de las construcciones con columnas y entrepisos de madera, paredes de enquinche (composición de estiércol de burro y paja), balcones falsos, pintorescos ventanales y cubiertas de zinc. En 1918 fue inaugurado el primer hotel del puerto manabita. Fue el hotel Aragonés, hoy restaurado en su totalidad y convertido en un museo.

El hotel, según Sánchez, recibía a numerosos personajes, casi todos relacionados con las actividades de exportación de sombreros de paja toquilla, tagua, cacao y café. Todos estos productos dinamizaron la economía de Manta, además de la del país, y también dieron la pauta para que empezara la oleada de migraciones desde Montecristi, Santa Ana y otros cantones de la provincia hacia Manta, reseña el historiador.

Debido al ‘boom’ de la exportación de tagua fue fundada Casa Tagua. Se trata de una edificación de dos pisos ubicada en la calle 3 y Avenida 8. De propiedad de un grupo alemán, el edificio de Casa Tagua sigue en pie y pasó a ser dispensario del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social; en la actualidad la edificación está sin ocupación. El Municipio local a través del concejal Raúl Trampuz gestiona que el inmueble sea cedido al Cabildo para luego restaurarlo. “Ahí está buena parte de la historia del puerto manabita, debemos recuperar la casona y darle utilidad, hoy está abandonada”.

La misma suerte de Casa Tagua tiene un 60 por ciento de los 33 inmuebles registrados como patrimoniales. Según Trampuz, a pesar de que existe una ordenanza que fue aprobada en 2014 para proteger los bienes inmuebles históricos, el mayor problema que afrontan es su restauración. Por ello, según el edil mantense, se busca una alianza estratégica entre los propietarios y el Municipio para encontrar caminos que permitan la recuperación de las edificaciones.

En la misma Avenida 2, con sentido sur, un ejemplo de compromiso con la historia es el que protagoniza la propietaria de la casa donde funcionó el primer Cabildo mantense. Lucía Fernández empezó hace dos años la restauración de la casona; su objetivo es convertirla en un centro de eventos, cafetería donde los turistas lleguen y disfruten de la vista del mar mientras admiran la arquitectura de la edificación, señala la propietaria.

Hay casas en la calle 3 y avenidas 10, 11,12 y 13 cuyos propietarios dan mantenimiento a la primera planta y los espacios interiores han sido convertidos en locales comerciales. Las casas patrimoniales ubicadas sobre la Avenida 2 fueron durante mucho tiempo sitios de oficina de los exportadores de sombreros de paja toquilla que llegaron de Montecristi, afirma Sánchez.

Después del ‘boom’ de la exportación de sombreros llegó el ‘boom’ de la exportación de tagua, café y cacao. Hacia esos inmuebles llegó la línea férrea en 1916, confirma el historiador. En los vagones de carga se transportaba toda la producción desde los cantones manabitas de Santa Ana, Portoviejo, Montecristi y otros puntos de esa provincia.

Las fachadas de las casas patrimoniales lucen en algunos casos en buen estado, pero al interior de los inmuebles hay problemas estructurales, asegura Trampuz. “Debemos acelerar los procesos -dice- para salvar a estas casonas antes de que siniestros como los incendios desaparezcan este patrimonio histórico de Manta”.

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