‘No hay que fomentar una política de la caridad’

"Hemos tenido un perfil bajo, porque no hemos podido hacer campañas publicitarias”: Iván Égüez, escritor ecuatoriano. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

"Hemos tenido un perfil bajo, porque no hemos podido hacer campañas publicitarias”: Iván Égüez, escritor ecuatoriano. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Iván Égüez nació en Quito en 1944. Es novelista, poeta y ensayista. Fue parte del Consejo de redacción de la revista literaria La Bufanda del Sol. Su novela titulada ‘La Linares’ ganó el Premio Nacional Aurelio Espinosa Pólit, en 1975.

Junto a su hermano Pavel Égüez acaba de inaugurar el Centro Cultural Casa Égüez, ubicado en el Centro de Quito.

¿Cómo se han distribuido los 6 millones de libros impresos por la Campaña de Lectura Eugenio Espejo?
Las primeras publicaciones las distribuimos asociados con periódicos del país. Después hicimos un convenio, que sigue vigente, con la Empresa Eléctrica Quito y con la Empresa Centrosur de Cuenca. La persona que quiere recibir los libros paga un dólar y la que además quiere las revistas Rocinante y Babieca, 2. La suscripción es gratuita.

¿En qué medida los títulos impresos han ayudado a la formación de nuevos lectores?
Una de las cosas importantes en la formación de nuevos lectores es que puedan recibir libros de forma permanente. Si a una persona le dan un libro en la calle quizá ni le interese. Estamos en contra de que se regalen libros, porque creemos que no hay que fomentar una política de la caridad. Actualmente tenemos 35 000 suscriptores en Quito y 5 000 en Cuenca.

¿La campaña maneja cifras sobre el trabajo de formación lectora?
No tenemos cifras. Tenemos una base de suscriptores que ha crecido desde que iniciamos este trabajo. Es difícil saber qué pasa con cada ejemplar que llega a una familia y cuántas personas lo leen. Todo lo que hemos hecho ha sido con el interés de llegar a más lectores, por eso hemos formado mediadores y clubes de lectura. Tenemos una colección dedicada al tema de la lectura que se llama Luna de Papel y una revista académica que llama Capítulo Aparte en la que participan colaboradores internacionales y que ya tiene 12 números.

¿Los títulos han sido publicados bajo la decisión de un consejo editorial?
Nosotros estamos en el medio cultural, editorial y literario y sabemos, por ejemplo, qué libros de clásicos ecuatorianos hay que publicar. Si alguno no está en nuestras colecciones es porque no hemos logrado tener los derechos de autor, como en el caso de la obra de Jorge Icaza. Para decidir el título no solo leo el libro, sino que converso con otras personas. Finalmente yo decido qué libros se publican.

¿Lo mismo se aplica para libros de autores jóvenes?
No es muy fácil tener un joven con un libro inédito que entre directamente a una de nuestras colecciones, pero sí hemos tenido casos, uno de ellos es el de Sandra Araya. Otro de los ejemplos que hemos publicado y que ha gustado al público es la literatura de Jorge Izquierdo, con su libro ‘Te Faruru’. Es verdad que nuestro público es cautivo, pero medimos su interés cuando vemos que un suscriptor empieza a pedir más ejemplares de un mismo título.

¿Cuántas colecciones se han publicado?
La colección que circula actualmente es Luna de Bolsillo que está enfocada a la novela corta o los libros de cuentos. Nuestro punto de equilibrio son publicaciones con 180 páginas. A Luna de Bolsillo se suman siete colecciones más.

¿Se ha pensado en mecanismos para que la campaña llegue a más personas?
Hay que señalar que el déficit es del país no nuestro. El Ecuador es el único país latinoamericano sin un Plan Nacional de Lectura. Además se han cometido errores como la liquidación de las bibliotecas del Sinab.

Una de las banderas de la campaña ha sido la capacitación de mediadores de lectura, ¿cuántos han sido formados hasta ahora?
Se ha capacitado a 400 mediadores. Hemos hecho cursos para bibliotecarios. El enfoque de estas capacitaciones es que el mediador ayude a la comprensión del texto. También trabajamos con clubes de lectura enfocados, sobre todo, a profesores. Algunas de estas actividades ya se han activado en Casa Égüez.

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