George Motz ha comido 12 000 hamburguesas y la cuenta sigue

George Motz se ha dedicado a buscar las mejores hamburguesas de Estados Unidos durante 15 años. Foto: Facebook de George Motz

George Motz se ha dedicado a buscar las mejores hamburguesas de Estados Unidos durante 15 años. Foto: Facebook de George Motz

George Motz se ha dedicado a buscar las mejores hamburguesas de Estados Unidos durante 15 años. Foto: Facebook de George Motz

A George Motz le encantan las hamburguesas, le fascinan. No en vano ha degustado cerca de 12 000- algunas del tamaño de un bocado, otras enormes-. Además, conoce todo sobre ellas: sabe en dónde se puede comer las mejores (en territorio estadounidense) o cómo preparar la carne para que quede en su punto.

Él es uno de los pocos expertos en estas preparaciones que existen en el mundo. No es chef, pero sí un investigador culinario que lleva 15 años rastreando y armando un inventario de las hamburguesas americanas perfectas. Ha construido su trayectoria con dosis de conocimiento y pasión, cualidades básicas cuando se trata de este tipo de comida rápida. Así lo expreso en una entrevista con EL COMERCIO.

Los resultados de su apetitosa búsqueda han quedado plasmados en el documental ‘Hamburger America’ y en un libro homónimo que recoge 150 de los mejores establecimientos de hamburguesas, que visitó durante un viaje por carretera por el país (EE.UU.). Está también la app para iOS Burger GPS y su programa Burger Land que se transmite en Travel Channel y en Food Network para Latinoamérica.

Su último proyecto tiene forma de libro y es en realidad un recetario, ‘Hamburger America the Cookbook’, que se terminó de hacer en el transcurso de la entrevista. Contiene recetas especiales de George, algunas de las cuales ha compartiendo en su cuenta de Instagram, como la Tortilla Burger- envuelta en una tortilla de harina de trigo y bañada en una salsa de chile rojo.

Fue una noche hace 23 años cuando un sabor memorable cambió el curso de su vida. Antes de ese momento una hamburguesa era simplemente eso, una hamburguesa. Fue en The Apple Pan, en Los Ángeles. Pidió la opción más popular del menú, la Hickory Burger, preparada al estilo de la costa oeste, sin plato, solo envuelta en papel encerado blanco.

El primer mordisco fue pura dicha, el resto una epifanía. Son sabores que no olvida: la calidez de la carne molida cocinada a la plancha, lo crujiente de la lechuga, el pan blando y tostado a la vez, el gusto picoso único de la salsa especial de la casa. Y lo mejor de todo es la consistencia, cuenta Motz en un artículo de Men’s Health de diciembre de 2009, porque en su paladar sabe igual la que se comió un mes antes que la que degustó por primera vez.

Como esta hay otras inolvidables-muchas- que Motz ha llegado a probar durante su recorrido gastronómico. “Algunas de las más memorables son las que me gusta preparar en casa” relata el experto. La Oklahoma Onion Fried Burger es una de ellas. Se destaca por los trozos de cebolla dulce (Vidalia) incrustados en la carne molida cocida a la plancha.

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El punto de partida para una buena hamburguesa, una perfecta- provocadora de epifanías- es la frescura de los ingredientes. George, personalmente, nunca utiliza carne congelada durante días, solo fresca, comprada ese mismo día y que ha pasado apenas un par de horas en el refrigerador.

Además de la frescura, la clave está en la simpleza. Las personas no optan por las hamburguesas estrafalarias con alocados ‘topings’ y una larga lista de ingredientes sofisticados, dice el también cineasta y fotógrafo. Es vital que se sienta el sabor de la carne, que la forma en la que fue preparada permita que sea la estrella. Son las sencillas y clásicas las que se llevan críticas positivas y los aplausos.

Aun así, lo exótico también tiene mérito. Algunas de las hamburguesas más extrañas que George ha probado incluyen frutos secos. Tal es el caso de la Guberburger de Missouri- aderezada con mantequilla de maní picante- o de la Cashew Burger, de Winconsin, al que solo le agregaron algunas nueces picantes como complemento.

Queda claro que en lo que se refiere a este platillo tradicionalmente estadounidense, Motz es una autoridad. Solo el número de hamburguesas degustadas lo dice todo. El experto llegó a esta cifra ya que, cuando está investigando, ingiere aproximadamente 15 de estas a la semana y cuando no, al menos una.

Esta peculiar dieta sí ha afectado su salud, pero no dramáticamente. Gana y pierde peso con facilidad, pero no llega al punto de tener sobrepeso. El alejarse de los acompañantes, como las papas fritas, y el tener una esposa vegetariana han ayudado a que se mantenga saludable.

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