Yila Santacruz, David Quiñones y Joel Gualpa son parte de la delegación. Fernanda Marín, líder, viajó el martes 28 de junio de 2016. Samari Guerra completa el equipo. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
Una delegación ecuatoriana de cinco jóvenes asiste desde el jueves 30 de junio de 2016, al Festival Street Football World, que reúne a unos 500 participantes de 50 países en Lyon, Francia.
Este evento oficial de la Eurocopa UEFA 2016 surge de una iniciativa internacional que aprovecha el potencial del fútbol para unir a la gente.
La Fundación de las Américas para el Desarrollo (Fudela) es parte de la red de Street Football World y fue la encargada de seleccionar a los delegados entre los beneficiarios de los programas de la organización.
La organización trabaja con niños y jóvenes en situaciones socioeconómicas complicadas. Sus programas de desarrollo, educación y reinserción social llegan a sitios vulnerables en Santo Domingo, Cañar, Azuay, Los Ríos, Napo y otros puntos.
Fernanda Marín es la líder del equipo. Está en Ecuador desde hace ocho años. Esta es la primera vez que Fudela envía a una joven refugiada a un evento al exterior, por lo que hubo conversaciones con la Agencia de la ONU para los Refugiados, con el fin de que su participación sea exitosa.
Marín tiene ahora 21 años. Se convirtió en madre de dos pequeños a los 16 años y después de eso, su vida se limitó a la maternidad. “Cuando me quedé con mis hijos sola empecé a pensar: Soy mamá y de eso no paso. Ya dejé de ser mujer, voy a trabajar por mis hijos y ya”, cuenta la joven colombiana.
Se unió al programa A Ganar, de Fudela, en octubre del 2015, motivada por su prima. El cambio fue drástico. “Ahora sé que puedo volver a sentir, me puedo ver bonita, me puedo organizar”, dice Marín, quien está acabando el colegio. Asegura que el fútbol con base en los valores es responsable.
Fudela usa el fútbol como una herramienta de cambio y desarrollo. Usan el Fútbol 3, implementado por Street Football World, para enseñar y reforzar valores.
Este encuentro tiene tres tiempos. En el primero, los adversarios conversan y se ponen de acuerdo para establecer las reglas bajo las que jugarán.
La segunda parte es para el juego y en la tercera hay otra reunión. Los adversarios y el mediador -no hay arbitro- discuten sobre el cumplimiento de las reglas de cada equipo. Gana el grupo que más respetó los acuerdos iniciales y no el que haya hecho más anotaciones.
El sistema refuerza la comunicación y genera paz y unidad. Los jugadores ponen en práctica la paciencia, el respeto y la tolerancia. Estos valores se reflejan en el día a día de quienes practican el fútbol 3.
Así lo aseguran los otro cuatro miembros de la delegación ecuatoriana: los quiteños Joel Gualpa y Samari Guerra, y los esmeraldeños Yila Santacruz y David Quiñones.
El equipo que representará a Ecuador también destaca otros valores que ha aprendido jugando fútbol 3: la tranquilidad, el trabajo en equipo y la constancia.
Los jóvenes y sus padres están felices por el viaje y el intercambio de conocimientos con chicos de otros países. Para la mayoría de ellos, esta es la primera vez fuera del Ecuador y la primera vez en un avión.
A su regreso, quieren compartir su experiencia con otros jóvenes. “Quiero que mis conocimientos sirvan para ayudar a otros chicos a dejar la drogadicción, que es un problema muy grande en mi comunidad (Rocafuerte, Esmeraldas)”, dice Quiñones.
Street Football World se basa en el poder de convocatoria que tiene el fútbol para fomentar el cambio social en ocho áreas. Entre esas está la educación, la integración social y la equidad de género.