Una fundación realizó una campaña de donación de cabello en Guayaquil

Norelys Aguirre, de siete años donó 30 centímetros de su cabello para la elaboración de pelucas. Foto: Ronald Ladines / EL COMERCIO

Norelys Aguirre, de siete años donó 30 centímetros de su cabello para la elaboración de pelucas. Foto: Ronald Ladines / EL COMERCIO

Norelys Aguirre, de siete años, donó 30 centímetros de su cabello para la elaboración de pelucas. Foto: Ronald Ladines / EL COMERCIO

En el auditorio del hospital Francisco Icaza Bustamante, en el centro-sur de Guayaquil, se organizó una función de danza y teatro, como preámbulo para la entrega de pelucas a niñas que sufren de cáncer y se atienen en esa casa de salud.

Las pelucas fueron donadas por la Fundación Dibuja una Sonrisa. Según el director ejecutivo de la organización, Javier Sandoval, estas pelucas cuentan con una malla hipoalergénica, similar al material con el que se confeccionan las camisetas de los equipos de fútbol.

Se tenía previsto entregar 10 pelucas hoy, 22 de abril. “Ayudan a que los niños recuperen un poco de autoestima y que las familiar se unan para seguir luchando”, contó Sandoval.

Antes de la entrega, se realizó una jornada de donación de cabello para la fabricación de las pelucas. Hasta el medio día, 12 personas se acercaron para que les corten parte de su cabellera, en señal de ayuda.

Una de ellas fue Norelys Aguirre, de siete años. La pequeña llegó desde Milagro acompañada de sus padres y regaló 30 centímetros de su cabello. “Es una niña muy sentimental cuando vio a una de sus amiguitas sin cabello por las quimioterapias se puso a llorar e insistió en donar sus mechas”, contó la madre de la niña.

Richard Maisincho, quien cortaba el cabello a las donadoras explicaba que el corte mínimo es de 20 centímetros. Luego se clasifican los mechones y se someten a un proceso de lavado, para luego tejer la peluca.

A las 12:30 inició la función artística en la que el grupo de actores y bailarines de la fundación interactuó con el público. Seis de las 10 niñas beneficiadas con las pelucas estuvieron en el lugar y sonrieron ante las ocurrencias de los artistas.

Doris Calle, jefa del departamento de oncología del hospital, agradeció la ayuda de la fundación. “Son actividades necesarias, estas familias viven verdaderos dramas”, dijo. La casa de salud cuenta con un área ambulatoria donde se tratan entre 18 y 20 personas diariamente.

En los últimos cuatro años, la fundación entregó 800 pelucas en todo el país. Según Sandoval, la intención es crear un banco de pelucas que cubra la demanda a nivel sudamericano.

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