Humphrey Bogart. Foto: Archivo EL COMERCIO
Hoy en día todos los países desarrollados prohíben fumar cigarrillos en lugares cerrados. Tal realidad contrasta con la gran cantidad de series de época que han llegado a las pantallas en los últimos tiempos.
Producciones que por captar el espíritu más tolerante con los fumadores de los años 50 y 60 (‘Mad Men’, ‘Masters of Sex’, ‘Boardwalk Empire’ o ‘Breathless’) han tenido que recurrir a utilería para cumplir las leyes actuales (cigarrillos herbales).
Lo cierto es que según un estudio del American Journal of Public Health, fumar en pantalla marca un promedio actual de 10.9 veces por hora, superando por dos décimas al promedio de 1950 y marcando sendas distancias con el 4.9 que se registraba en los 80.
La realidad es que el fumar no solo se da en la pantalla sino en la vida diaria de la mayoría de actores que han participado en producciones en EE.UU.
Dado que el inhalar humo de un cigarrillo vuelve a ser parte de la tendencia impuesta por los productos de Hollywood, cabe recordar a cinco intérpretes cuya imagen está asociada al consumo de esta droga legal.
1. Humphrey Bogart
Es difícil encontrar una fotografía de este ícono de la cinematografía sin un cigarrillo. Aunque es considerado como uno de los grandes actores del cine estadounidense y recordado por su protagónico en la cinta ‘Casablanca’ su fama como fumador fue tal que existe un término coloquial en la jerga norteamericana llamado ‘bogarting’ que se refiere a mantener por demasiado tiempo en la boca un cigarrillo compartido. Según el diciconario de inglés de Oxford, esta palabra se deriva del estilo de fumar del actor quien murió a causa de un cáncer de esófago en 1957 a los 57 años de edad.
2. Audrey Hepburn
La coprotagonista del clásico filme ‘Sabrina’ junto a Bogart también era una ávida fumadora que empezó su adicción a los 16 años en la Holanda ocupada por los nazis como una forma de disminuir el hambre. Se sabe que dependiendo de su estado de ánimo, la actriz podía fumar de una a cinco cajetillas al día. Cabe recordar que no fue sino hasta los años 70 que se supo de forma extendida todos los riesgos del cigarrillo y que hasta finales de los 60, fumar era considerado como un hábito sexi, maduro y ‘cool’. Audrey, considerada una de las mujeres más hermosas de su tiempo, murió de cáncer a los 63 años.
Audrey Hepburn. Foto: EFE
3. James Dean
El rebelde por antonomasia de Hollywood era un fuerte fumador y tomador. De hecho, era conocido por ser un fumador en cadena, es decir que después de terminar un cigarrillo inmediatamente encendía otro. Es conocida la historia de que en 1954 en un vuelo de nueve horas, el actor no paró de fumar durante toda la travesía de Los Ángeles a Nueva York. En una ocasión le dijo al actor Dennis Hoper, un no fumador, “si estás fumando un cigarrillo, fúmalo. No ‘actúes’ como si lo estuvieras fumando”.
James Dean. Foto: Archivo EL COMERCIO
4. Jack Nicholson
Otro fumador en cadena que ha confesado fumar por lo menos una cajetilla diaria toda su vida. Además no se conforma solo con un cigarrillo sino que también disfruta de habanos y marihuana. Según el también actor Woody Harrelson, Nicholson le enseñó durante una hora todos los secretos detrás de la “ciencia” de fumar correctamente un cigarrillo. Sin embargo, Nicholson -que sigue fumando- declaró en el 2007 que “no tengo miedo de que alguien venga y diga ‘estás muerto, fumaste demasiado’. El miedo real es pensar que después de escuchar eso yo lo procese como ‘morí de estupidez'”.
Jack Nicholson. Foto: wikicommons
5. Clint Eastwood
Contrario a la creencia popular de que el protagonista de ‘El bueno, el malo y el feo’ tiene los mismos humeantes hábitos que algunos de sus personajes más representativos, Eastwood es un no fumador. De hecho, cuando interpretó los famosos espagueti westerns del director Sergio Leone (la trilogía del dinero) en donde no se separaba de su cigarro, Eastwood no los encendía o si lo hacía era para crear un efecto dramático hasta el corte de la escena. Eastwood practica una alimentación saludable y meditación trascendental.
Clint Eastwood. Foto: Archivo EL COMERCIO