Las fiestas de la Mama Negra inspiran exhibición de Virgilio Valero

Grabado, pintura, collage, fotografía digital y video performance hacen parte de la muestra ‘Divina Tragedia’, que Virgilio Valero exhibe en Galería Mirador en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO.

Grabado, pintura, collage, fotografía digital y video performance hacen parte de la muestra ‘Divina Tragedia’, que Virgilio Valero exhibe en Galería Mirador en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO.

Grabado, pintura, collage, fotografía digital y video performance hacen parte de la muestra ‘Divina Tragedia’, que Virgilio Valero exhibe en Galería Mirador en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO.

Como actor y artista plástico, Virgilio Valero entabla diálogos entre las artes visuales y escénicas. En su más reciente exhibición, trabaja alrededor del tema de la máscara, a partir de los personajes de la fiesta de La Mama Negra o Santísima Tragedia, celebración tradicional de Latacunga (Cotopaxi).

La exposición ‘Divina Tragedia’ permanecerá abierta hasta el 30 de junio en la Galería Mirador de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

El diablo, el león, el payaso, el huaco o el brujo, el ashanguero con su canasta de alimentos a la espalda, o la propia Mama Negra con su muñeca Baltasara en la mano asoman en una veintena de obras que incluyen técnicas como el grabado, la pintura, el collage, la fotografía digital y el video performance.

“Me interesó mucho el pretexto de la Mama Negra porque es una fiesta de personajes enmascarados, míticos y legendarios, que hibrida lo afro, lo indígena, lo criollo, lo español, una mezcla entre lo profano y lo religioso”, dice Valero.

En las piezas destacan siempre el rictus o la expresividad escénica de los rostros en trance. Sobresale la expresión de los rostros de una serie de grabados de pequeño formato, "iluminados" o pintados con pintura acrílica; y dos collage de gran formato, personajes ficcionales de la fiesta elaborados a partir de pedazos de papel, revistas, viejos programas de teatro y atiborrada caligrafía sobre cartulina.

“Es una fiesta maravillosa y potente, los personajes se enmascaran, tienen una doble personalidad, se invita al individuo a gozar de esa ambivalencia, la fiesta propone que el individuo entre en una especie de trance donde puede gozar de todo”, agregó el autor.

Albert Santos, curador de la muestra, apunta a la pertinencia del trabajo respecto a la poesía de la máscara como performance de ocultamiento y transfiguración. Al mismo tiempo como juego, ironía, alegoría mística, rito y presagio en un relato de autentificación.

En el video performance, Valero toma un personaje de una obra de teatro, un transexual de ‘Retratos de mujer con sombra’, que aparece maquillándose y desmaquillándose. “Habla de la posibilidad que tenemos los seres humanos de ponernos máscaras y jugar roles, hasta que llega un punto en que te preguntas: ¿soy la máscara o soy la persona?”, señaló Valero.

La muestra incluye además de cuatro monotipias y dos acrílicos sobre trapo y tierra, máscaras y rostros del artista modificadas con pinceles digitales. Y una serie de pequeños dibujos reproducidos de forma digital (‘Estridulaciones’), que muestran a grillos con máscara de diablumas y frases ambivalentes entre lo bueno y lo malo: “Notarás que todo va mejor… No te confíes, en la puerta del horno se quema el pan”.

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