Las campesinas de la comunidad Sacha, en Salcedo, recibieron las alpacas. Foto: Cortesía Fundación Heifer Ecuador
Un grupo de agricultoras aprendió a trabajar con la fibra de la alpaca en las comunidades Sacha y Cumbijín, ubicadas en uno de los ingresos al Parque Nacional Llanganates, en Salcedo. Estos poblados del oriente de Cotopaxi se dedican a la crianza de los camélidos desde el 2010.
La fundación Heifer Ecuador les entregó 45 alpacas con el propósito de reducir la presencia del ganado lechero en las proximidades del área protegida y evitar el daño del páramo. Así les incentivaron a buscar alternativas diferentes a la siembra de papas, maíz y otros productos. En ese afán incursionaron en la elaboración de prendas de vestir con la lana de la alpaca, desde el 2014.
Al inicio del proyecto, cuatro mujeres recibieron charlas de capacitación en Chimborazo. Lo aprendido deberán replicar en las 16 comunidades que son parte de la Federación de Campesinas de Salcedo (Fecos).
La suave y resistente fibra del camélido fue lo que atrajo a la agricultora Sonia Cortez. La mujer de contextura delgada asegura que en las 100 horas de capacitación aprendió a hacer diferentes tipos de puntadas y acabados con las agujetas.
También conoció el proceso de limpieza y lavado de la lana, que se hace con jabón líquido en tinas para refregar. “El retiro de todas las impurezas debe hacerse con cuidado. Luego se saca una por una las fibras que pueden volver tosco al tejido final”, indicó Cortez.
Las artesanas de Sacha y Cumbijín trabajaron con lanas de color rojo, plomo, amarillo, tomate, blanco y azul. Con ese material confeccionan abrigos, gorros, bufandas y chalinas. En estas prendas tejen figuras como rombos, trenzas y representaciones andinas.
La decoración de las prendas y artículos así como la combinación de los colores depende de la artesana que los fabrica.
Ellas también aprendieron a confeccionar bolsos, chalecos, ponchos, guantes y medias. “Hemos logrado tejer un buen producto y eso nos motiva para continuar. Nuestra primera venta fue un éxito y eso nos motiva para seguir tejiendo”, dijo Cortez.
La comercialización de estos productos se realizó en uno de los parques de Quito, en días pasados. Las campesinas llevaron una alpaca, un borrego y una llama para atraer a los clientes. Los visitantes se fotografiaron con los camélidos y los niños se dieron un corto paseo a lomo de llama.
Estos animales también hacen las veces de medios de transporte de los niños en las comunidades de Sacha y Cumbijín. En ellos se transportan los tanques con leche hacia los centros de acopio. Según Chabela Vargas, vecina de la comunidad Sacha, la idea de llevar a los animales les resultó atractiva para las ventas de las prendas. Se obtuvieron hasta USD 60. “Queremos que nos apoyen poco a poco”, dijo Vargas.
En las capacitaciones los indígenas de las comunidades aprendieron sobre el calendario alpaquero. Este indica las actividades que deben realizar los camélidos en determinada época. Carlos Aguirre, técnico del proyecto, indicó que los meses de verano se deben esquilar. Mientras que la desparasitación es en invierno.