La Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador presentará, el 26 y 27 de marzo, un repertorio sacro en las iglesias de La Dolorosa, El Carmen Alto, La Concepción y Cumbayá. Foto: fotos: Julio Estrella / EL COMERCIO
La curiosidad es, talvez, uno de los primeros motivos que lleva al público a ocupar alguno de los asientos en teatros e iglesias en los que, en estos días, se desarrollan los conciertos del Festival Internacional de Música Sacra. De ahí, la experiencia sonora puede resultar la oportunidad ideal para enganchar al espectador a un estilo de música en la que lo sacro va más allá de cualquier concepción exclusivamente cristiana para ser, en realidad, un momento de ligación con el ámbito de lo espiritual.
En ese sentido, las presentaciones de agrupaciones como Lipzodes, Tembembe o la Orquesta de Instrumentos Andinos cumplen con esta doble función. Es por ello que urge, entre compositores y músicos, que el público comúnmente ajeno a este género se apropie de él, encontrando la misma riqueza sonora y compositiva que se puede hallar en la música clásica, por mencionar un ejemplo.
No toda la música sacra es Bach. Y eso lo dejó sentado un par de años atrás la cantante Mariela Condo cuando ella presentó varias de las piezas de la tradición sacra andina. Aquí, los seres de la tradición religiosa cristiana quedan de lado para volcar la mirada sobre la tierra, el agua o los astros como regentes de la vida espiritual de los pueblos.
“Rakata, rakata, si se me pega voy a darle”. “Dime si conmigo quiere hacer travesuras”. “En el taxi la conocí por un basil, estaba sexi, pero tan sexi”. En la vorágine de la industria musical contemporánea, que pone su atención en canciones que apelan a la sexualidad (entiéndase esto en la segunda acepción de la Real Academia Española), la música sacra intenta establecer conexiones entre el humano y su vida espiritual. Como dice el religioso y organista Fernando Espinosa: “puedes oír a Ravi Shankar y, a pesar de no estar en comunión con las creencias de los hindúes, encontrar un placer que transita entre lo estético y lo espiritual”.
Miguel Juárez es un investigador que ha transcrito música colonial quiteña a notación musical contemporánea. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Mucho más que religión
En la década de 1990 se activaron en el país una serie de investigaciones en torno a la música sacra ecuatoriana. El descubrimiento de las partituras escondidas en el archivo diocesano de Ibarra no solo son el testimonio material de la historia musical del Ecuador. De una u otra forma, la lírica de estas obras habla del pasado colonial del actual Ecuador, de esa realidad en la que la cultura del conquistador (religión, costumbres, vestimenta…) entró en disputa con los modos de ser de los aborígenes americanos. Al respecto, el investigador Nelson Verdesoto dice: “en las letras de las canciones de la época prerepublicana, el cántico deja su carácter europeo para asumir expresiones propias de los pueblos originarios”.
Esta no es una realidad exclusiva de esta región. Durante estos días, el festival traerá al American Spiritual Ensemble, una agrupación que ha rescatado la música religiosa del pueblo afroestadounidense. Desde sus orígenes, ellos se han preocupado por esas tonadas que se cantaban en las plantaciones de algodón donde el pueblo afro fue convertido en esclavo. Allí ellos crearon todo un universo musical en el que confluyen sonidos africanos, las enseñanzas puritanas, y las creencias de esta gente. Para esta edición del festival, el American Spiritual Ensemble realizará un concierto peculiar. Ellos irán por primera vez al Valle del Chota, donde interpretarán su música y, además, escucharán las melodías que han sido creadas por los lugareños. Esta será una presentación para ampliar el conocimiento sobre la música afroamericana.
Para la corista Andrea Flor, lo que en la actualidad falta es una comprensión de la dimensión de la música sacra. “Es, dice, más que un simple cántico religioso”. A su criterio, esta clase de festivales y conciertos son herramientas para que el público aprecie el pasado musical como un soporte y aporte para las experiencias sonoras de la actualidad.
No olvide
En esta semana continúa el Festival Internacional de Música Sacra. Hoy, a las 18:00, hay un concierto de María Isabel Albuja en la Capilla de la Ciudad. A las 19:30, Lipzodes se presenta en la iglesia de Guápulo,
La Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador también tiene programados cuatro conciertos entre el 26 y 27 de marzo.