Seis voluntarios emergen de domo tras ocho meses simulando la vida en Marte

El experimento, realizado por la Universidad de Hawai, es el quinto de este tipo destinado a ayudar a los científicos a gestionar los enfrentamientos y conflictos interpersonales que pueden surgir entre los astronautas que se embarcan en una larga misión

El experimento, realizado por la Universidad de Hawai, es el quinto de este tipo destinado a ayudar a los científicos a gestionar los enfrentamientos y conflictos interpersonales que pueden surgir entre los astronautas que se embarcan en una larga misión

El experimento, realizado por la Universidad de Hawai, es el quinto de este tipo destinado a ayudar a los científicos a gestionar los enfrentamientos y conflictos interpersonales que pueden surgir entre los astronautas que se embarcan en una larga misión al espacio profundo. Foto: https://www.hawaii.edu

Seis personas, cuatro hombres y dos mujeres, emergieron de un domo aislado en Hawai, donde pasaron ocho meses viviendo en habitaciones minúsculas, comiendo comida seca y tratando de llevarse bien en el marco de la simulación de una misión a Marte.

El experimento, realizado por la Universidad de Hawai, es el quinto de este tipo destinado a ayudar a los científicos a gestionar los enfrentamientos y conflictos interpersonales que pueden surgir entre los astronautas que se embarcan en una larga misión al espacio profundo.

Cuando emergieron el domingo de su cuarentena, los voluntarios disfrutaron visiblemente del placer del sol y del aire fresco en sus rostros, y degustaron frutos tropicales en compañía de amigos y familiares, precisó un comunicado de la universidad.

“Una de las cosas que más eché de menos fue la cocina portuguesa”, dijo Brian Ramos, uno de los miembros de la tripulación, en un video difundido por CBS News. Kim Binsted, que dirige este estudio del programa de la NASA de la Universidad de Hawai (HI-SEAS), explicó la importancia de que haya cierta variedad en el grupo.

Video: YouTube, cuenta: University of Hawai‘i News

“Es como si intentamos preparar una caja de herramientas para ir a Marte: no ponemos solo martillos, aunque se trate de los mejores del sistema solar”, explicó en CBS News. Aunque las tensiones entre las personas son inevitables, todo ha ido bien con esta tripulación, que ha cumplido las tareas esenciales, explicó Kim, profesora de informática.

Durante el experimento, que empezó el 19 de enero, el grupo vivió aislado del resto del planeta en un espacio de 11 metros de diámetro y 6 metros de alto comiendo alimentos secos y en conserva y, de vez en cuando, algunas verduras cultivadas en el laboratorio.

Cada uno de los tripulantes disponía de su propia habitación, con espacio para un catre y un escritorio, y el domo, alimentado por energía solar, tenía duchas e inodoros de compostaje. Los voluntarios podían comunicar por Internet con sus amigos y familiares con una espera de 20 minutos en las transmisiones, el tiempo que tardan las ondas radio en recorrer la distancia entre la Tierra y Marte.

Cuando salían para efectuar trabajos geológicos, utilizaban un traje espacial. Durante esos ocho meses en la costa norte y árida del volcán Mauna Loa, que hace recordar a los paisajes marcianos, el grupo realizó experimentos científicos, ejercicio físico y labores de mantenimiento del domo. Esta previsto que otra misión de ocho meses comience en enero de 2018.

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