El examen deportológico reduce el riesgo de lesiones. Un test básico contiene cuatro pruebas. Dura hasta 180 minutos. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Decenas de competencias engrosan, año tras año, el calendario deportivo a nivel nacional e internacional, motivando a miles de fanáticos a inscribirse en alguna de ellas.
Por lo general, un grupo de deportistas aficionados selecciona la más atractiva, visita a un deportólogo y comienza su plan de entrenamiento.
Otro grupo, en cambio, aparece de improvisto en la línea de partida, arriesgándose a sufrir molestias musculares y hasta lesiones de gravedad. Entre las comunes están: calambres, agotamiento extremo, deshidratación
Para evitar aquello, precisamente, está pensado el chequeo deportológico. Ese ‘combo’ de pruebas reduce significativamente el riesgo de alejarse de la actividad deportiva por meses a causa de una lesión de gravedad. Además, dependiendo de los objetivos de cada persona, ayuda a mejorar tiempos, a ganar resistencia física, a reducir medidas, entre otros.
Un chequeo deportológico básico, que es el recomendado para quienes se inician en el mundo del deporte, consta de cuatro exámenes: análisis de laboratorio, composición corporal, electrocardiograma y valoración aeróbica y anaeróbica.
Con los resultados en la mano, el deportólogo planifica el entrenamiento con base en el objetivo del paciente. Así lo explicó Juan Naranjo, fisiólogo deportivo de Axxis Sports.
Una vez establecidas las metas, los pacientes reciben también asesoría nutricional y otra relacionada con la indumentaria y herramientas que requiere para cumplir una determinada actividad física.
Él, por ejemplo, asesora a deportistas de élite como Karl Egloff y Ángela Tenorio. Asimismo, ayuda a una decena de personas que lo buscan para bajar de peso, mejorar coordinación o simplemente para sanar alguna dolencia.
Esos exámenes también ayudan a detectar problemas vinculados con el corazón o la sangre. De acuerdo con el especialista, algunas mujeres descubren que tienen anemia. Y ejercitarse con esa condición a ‘ciegas’ podría interferir en su entrenamiento.
El examen deportológico, según Óscar Vizuete, también permite detectar anomalías de importancia y remitirlas a los especialistas: cardiólogo, traumatólogo. Ambos deportólogos aseguran que un deportista aficionado requiere de entre dos y tres chequeos deportológicos al año para “comparar sus avances”.
La guía de los médicos también es fundamental para establecer prioridades en cada unas de las ramas del deporte. Según Naranjo, cuando se trata de atletismo, el deportista debería entrenarse en función de sus dos o tres metas anuales. Uno de los errores que cometen los atletas amateurs es participar en pruebas mes a mes. Aquello podría desgastar músculos y articulaciones.