Los estudiantes del Colegio San Gabriel rinden los exámenes quimestrales. La semana pasada se prepararon para ellos. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los colegios terminan esta semana las clases del primer quimestre, pero antes los estudiantes deberán rendir los exámenes de mitad del año escolar.
Esta puede ser una época de nerviosismo y mucha tensión para los pequeños y los padres, porque estos exámenes son acumulativos, es decir abarcan todo lo aprendido en las clases. Aunque representan el 20% de la primera nota parcial que tendrán, según la normativa dictada por el Ministerio de Educación.
De acuerdo con el Instructivo para la Aplicación de la Evaluación Estudiantil, realizado por la Subsecretaría de Apoyo, Seguimiento y Regulación de la Educación, la evaluación que se realiza a los alumnos es “un proceso continuo de observación, valoración y registro de información que evidencia el logro de objetivos de aprendizaje de los estudiantes y que incluye sistemas de retroalimentación (…)”.
Por esta razón, el 80% de las calificaciones de cada parcial se obtiene de las pruebas continuas que se realizan a lo largo del quimestre.
La vicerrectora del Colegio San Gabriel, Raquel Bonilla de Serrano, señala que allí se califican “las destrezas que se deben desarrollar en cada bloque, por esto no solo se alistan para un examen sino que permanentemente los docentes evalúan – retroalimentan y refuerzan de manera oportuna los logros de aprendizaje”.
Además, antes de los exámenes quimestrales, los estudiantes y docentes realizan “talleres de refuerzo sobre las destrezas desarrolladas en el quimestre. Y por otro lado los dirigentes y las psicólogas motivan para que los estudiantes planifiquen y organicen su tiempo adecuadamente”, explicó Bonilla.
En este proceso de refuerzo y de preparación para los exámenes de mitad de año, los padres juegan un papel fundamental de acompañamiento y apoyo, según explicó la psicóloga educativa Daniela Serrano.
Así, los padres deben evitar presionar a los chicos, porque eso solo incrementa la ansiedad. Deben conocer los temas que son los más complicados para sus hijos, para que se encarguen de repasar o practicar junto a ellos. Y en caso de ser necesario contratar un maestro para que ayude. Sin embargo, “no se debe traer a un profesor para todo, porque da el mensaje al niño de que no confía en que puede hacer las cosas bien por sí solo”, explicó Serrano.
Asimismo, se recomienda que exista una correcta comunicación entre los padres y los maestros para conocer las destrezas que todavía deben aprender, en especial de los niños más pequeños.
Tampoco se debe tomar una actitud restrictiva, como por ejemplo quitarles el celular, los juegos de video, las salidas con sus amigos, porque eso solo incrementará la carga emocional de los jóvenes.
“Se deben establecer horarios para que los chicos estudien pero también que puedan salir un momento con sus compañeros para quitarse las tensiones”, señala Serrano. La idea es que no se separen de los estudios por mucho tiempo, pero tampoco se presionen.
Una alternativa para que los adolescentes puedan comprender algunos de los conceptos que pueden resultarles complicados es que creen grupos de estudios. De esa forma se refuerzan conceptos, explica la psicóloga educativa.
Como parte del trabajo que realizan los colegios para ayudar a sus estudiantes a superar las posibles malas notas se hacen seguimientos constantes y se brinda un acompañamiento personalizado. “Si los resultados de aprendizaje no se han logrado o están en proceso de logro, se implementa el plan de tutoría individual integral, en este se involucran el estudiante, el docente, la psicóloga, el dirigente y los padres de familia”, explicó Bonilla.
No olvide
El sitio de estudio debe ser adecuado y tener buena iluminación. Debe ser muy cómodo.
Evite que el niño se trasnoche, esto puede ser perjudicial en el momento de rendir el examen.
No se debe olvidar el desayuno diario. Esto ayudará a una buena concentración y rendimiento.
Permita que el niño tenga un tiempo para descansar y no presionarse en exceso por los exámenes.