Se prevé que el movimiento producido por la nueva estación central genere nuevas actividades al entorno urbano de la ciudad. Foto: www.plataformaarquitectura.com
La ciudad holandesa de Arnhem está lista para recibir a alrededor de 110 000 viajeros en un área de 21 750 m². Una renovada propuesta arquitectónica que se concibe como un intercambiador de transporte que se destaca por su diseño.
La estación central de Arnhem abrió oficialmente el pasado 19 de noviembre. Constituye un ambicioso proyecto desarrollado por el estudio de arquitectura holandés UN Studio, en colaboración con la empresa de ingeniería Arup.
La puesta en marcha de esta terminal de transporte público cumplió con la remodelación de la estación de 1950, así como de su entorno. En vista de que el proyecto comprende una puerta de entrada a la ciudad, se convierte a la vez en un punto estratégico entre Alemania, los Países Bajos y Bélgica.
Tomando como referencia el estilo de la botella de Klein, UN Studio quiso desdibujar la distinción entre el interior y el exterior de la terminal de transporte, al continuar el paisaje urbano en el interior de la sala de transferencia; donde techos, paredes y suelos se complementan de forma eficaz.
El diseño del lugar está basado en la utilización intuitiva del espacio por parte de los usuarios, sin que existan complicaciones para llegar al lugar deseado. Según Plataforma Arquitectura, conecta a seis distintos modos de transporte, otorgando a los pasajeros una fluida transición entre ellos.
La fluidez permite un tránsito sencillo de los usuarios, a la vez que hace que la construcción se equilibre con el paisaje exterior. El sitio web de Arup especifica que el lugar está dotado de “superficies suavemente inclinadas y cuidadosamente diseñadas, que guían a los peatones a través del edificio”.
A través de una obra en la que arquitectura, iluminación y estructura confluyen en armonía, se proyecta establecer a la ciudad holandesa como una importante central de transporte y como un punto de partida para la renovación urbana y su crecimiento económico.
Como referente de la innovación arquitectónica, en su parte exterior, la estructura se destaca por el diseño ondulante de su extensa cubierta acristalada, que permite la entrada de luz natural. Se trata de un techo estructural ‘torsión dramática’.
Además, cuenta con una estructura interna que expone formas curvas y sugiere fluidez, gracias a los tramos libres de columnas, que alcanzan los 60 metros y se mimetizan con el techo, que también es curvo.
Desde que se inició el proyecto, en 1996, se trazó un plan maestro que incluye oficinas, locales comerciales, viviendas, nuevos andenes ferroviarios, un nuevo vestíbulo central, un túnel vehicular y estacionamientos para bicicletas y autos.
El área que se encuentra alrededor de la estación se convertirá en un lugar en sí mismo, con 160 000 m² de oficinas, tiendas y un complejo de cines, apunta Arch Daily, por lo que la estación no solo transforma la anterior edificación sino el área de su entorno urbano.
Según recoge el portal web www.vialibre-ffe.com, la nueva estación central de transporte, en la que se invirtió un presupuesto de 37,5 millones de euros, se concibe como una “máquina de transferencia”.
El proyecto comprende el mayor desarrollo de la posguerra en Arnhem. El sitio web Arch Daily apunta que la construcción del centro de transferencia, respaldado por el Gobierno holandés, prescribe las reglas en cuanto a estaciones de tren, siendo la más compleja en su tipo en Europa.