La producción Nada es lo que parece se presentará en la capital. Foto: Cuenta de Facebook nada es lo que parece
Un español y dos ecuatorianos protagonizan, en Quito, un viaje del teatro al cine, a través de progresivas incorporaciones de elementos multimedia a la escena, en la obra Nada es lo que parece, que cuenta cuatro historias durante sesenta y cuatro minutos.
El español Ibai Fernández, quien junto al ecuatoriano Alfredo Espinosa dirigen la producción, explicó a Efe que la obra presenta cuatro historias y que la primera es “teatro puro, donde el elemento multimedia solo es contextual”.
“Amor o no” es una comedia negra, de quince minutos, en la que se representa a Adán y Eva que protagonizan el génesis de un romance imperfecto a bordo de un tren en marcha hacia un destino trágico marcado por los opuestos irreconciliables de la vida y la muerte.
Según Fernández, en la segunda historia hay una proyección en el fondo del escenario, donde la cámara tiene un valor narrativo.
Así, en “Por favor”, una obra policial y de suspense de quince minutos, se conjugan un detective, una mujer, una comisaría, un cuchillo y un soborno.
“Dicen que el cinismo puede hacer más daño que el fascismo, que del sistema no se puede escapar, que solo se puede ser valiente cuando más aterrado se está”, relatan los organizadores de la obra al comentar sobre la segunda historia.
Fernández apuntó que en la tercera historia, también de quince minutos, rizan más el rizo e incluyen como elemento multimedia a una video conferencia “a través de la cual el espacio distante y el presente se conectan por un espacio latente, que es el virtual”.
En el suspense “¡Basta!”, que incluye, teatro, multimedia, conexión a internet y teleconferencia, aparecen Luis, un respetado banquero; Aitor, un joven profesor español; Lucía, una perfecta y devota esposa.
“En este ajedrez de secretos algo empañará sus casi perfectas vidas, pues los secretos representan una amenaza potencial para quienes los conocen”, explicaron los organizadores.
Fernández indicó que la cuarta historia, la tragicomedia “Noche sin mañana” de 19 minutos, donde una joven y cultivada prostituta y un viejo y afamado escritor comparten el cuarto de un motel en el que se enfrentan a la posibilidad del suicidio, se da paso al “cine más puro”.
El español justificó el título de la obra “Nada es lo que parece” porque las historias que incluye “son un poco de engaño, ilusión de algo que es, pero al final no termina siendo”.
Resumió que en la primera historia el chico perfecto termina siendo el asesino; en la segunda, el cazador acaba cazado y, obviamente, la presa se convierte en cazador; en la tercera, se presenta un triángulo amoroso de traiciones y pasiones de modo que “nunca nada es lo que parece”.
La cuarta, comentó, tiene un par de vueltas que llevan a ese concepto de que nada es lo que parece: alguien parece que está muerto pero no lo está, alguien parece que se ha hecho rico, nunca nada es lo que parece, dijo.
Recordó que en cine o teatro, se mantiene al público en expectativa, uno de los fundamentos de la narrativa y de la dramaturgia.
Básicamente, el título apuesta a eso porque en las cuatro historias pasa totalmente lo opuesto o, al menos, algo completamente diferente a lo que, en principio, se da a pensar, comentó Fernández, escritor, productor, fotógrafo y director de cine.
La obra, que engloba tres historias en teatro, un cortometraje, tres actores (Fernández, Espinosa y la licenciada en arte dramático Antonella Moreno) y diez personajes, ofrece hasta finales de mes en un teatro de Quito, una evolución tecnológica del teatro al multimedia y al cine.
Fernández, quien mencionó, además, como participante a su compatriota Iñaqui García, encargado de luces, tramoya y multimedia, entre otros, apuntó que las cuatro historias fueron escritas por españoles y, dos de ellas, adaptadas al entorno cultural ecuatoriano a través de talleres con Espinosa, actor profesional con estudios en literatura, antropología y comunicación.