Los perfumes se promocionaron en una feria por fin de año en Quito. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los aromas de la naturaleza son la fuente de inspiración de perfumistas de todo el mundo. En el Ecuador, un emprendimiento local busca desarrollar la perfumería artesanal con toques ancestrales.
Kinti Pacha realiza perfumería fina desde hace 10 años. Sol Yupha, del pueblo puruhá de Chimborazo, aprendió a fabricar esencias de su abuelo.
“Era un taita que curaba solo con plantas aromáticas”, cuenta Tupac Anrango, representante de la organización.
Él recuerda que el hombre era un sabio que conocía muy bien las propiedades curativas de las plantas y que esto lo supo transmitir a su nieta Sol.
Yupha aprendió el uso de distintas plantas para tratar el espanto, reumatismo, mal aire y otras dolencias comunes.
Pero también aprendió sobre los usos de distintos aromas para mejorar la vida de las personas. Esto la motivó a crear la franquicia junto a Anrango para que, además de aromatizar, puedan difundir los conocimientos andinos.
Tienen cuatro tipos de bases para los extractos y aceites esenciales: flores, raíces, semillas y tallos. El proceso de fabricación dura dos semanas y se divide en varias etapas.
Los fabricantes van al campo donde recogen la materia prima.
Ellos trabajan actualmente con productos de los Andes y la Amazonía.
La flor de amor, por ejemplo, se recomienda a hombres y mujeres que tienen baja autoestima. El elixir de rosas ayuda a revivir la pasión. La flor de amapola proporciona buena energía, la flor de romero activa las neuronas y da un olor fresco y agradable.
Una vez que recopilan las plantas, las dejan secar. Luego se hacen composiciones químicas para extraer los aceites y esencias y así crear los aromas. Finalmente, llega la etapa de envasado y comercialización.
Los costos son variados. Los aceites esenciales más pequeños y los más sencillos tienen un valor inicial de USD 3. Los perfumes tienen costos variados y hay combos por USD 50. Estos últimos son ideales para regalos a familiares o amigos.
La franquicia funciona actualmente en tres ciudades: Quito, Guaranda y Otavalo. Los fundadores están negociando la expansión hacia la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.