Susana Cordero de Espinosa es la actual directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, adscrita a la RAE.
El nuevo ‘Diccionario de la lengua española’, una publicación de la Real Academia Española, dista de su exclusivismo hispánico de hace 234 años, cuando fue editado por primera vez. Como nunca antes tiene una fuerte presencia latinoamericana en su construcción.
La participación de las 22 academias de la Lengua ha sido la clave para elaborar el texto final. El mismo que será presentado en Quito esta noche (27 de noviembre), a las 19:00, en el Auditorio de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, (Cuenca N4-77 y Chile).
Antes de su presentación, Susana Cordero de Espinosa, directora de la RAE, conversó con este Diario sobre algunos puntos de esta publicación.
¿Qué significado tiene para el mundo hispanohablante la aparición de este diccionario?
Muchos significados y singularmente valiosos: en primer lugar, es el diccionario de una lengua que hablan alrededor de 500 millones de seres humanos en 22 países distintos. Reúne, junto con el léxico estándar, nuevos términos que proceden de la tecnología, de los medios de comunicación de masas; términos del español de América, con los cuales la lengua se ha mestizado y enriquecido. Añade acepciones nuevas a términos antiguos.
¿Cómo ha sido la colaboración de la AEL en la elaboración del texto?
La AEL ha recibido, a lo largo de estos 13 años, sucesivos envíos, desde el equipo del Instituto de Lexicografía de la Real Academia Española, con consultas sobre adición y supresión de términos, redacción, eliminación o aumento de acepciones, etc., a los cuales ha procurado responder con minuciosidad.
En 2011, Darío Villanueva defendía que el diccionario de la RAE no podía ser políticamente correcto. ¿Cuál es su postura frente al tema en la construcción de un texto como este?
Los pueblos sufren a causa de prejuicios que se consolidaron a lo largo del tiempo, y el diccionario recoge en las respectivas acepciones esos significados. La palabra no inventa lo real: intenta reproducirlo.
El diccionario no crea nuestros prejuicios ni los consolida, pero debe registrar los significados a que han dado lugar. Hay definiciones que deben corregirse y pulirse, para no ofender.
Pero ¿es legítimo dejar de lado significados que siguen rigiendo, penosamente, en nuestras vidas? Esto de la corrección política es una forma más del puritanismo moralista que invade ciertas sociedades y que presume de que, cerrando los ojos ante la realidad, la cambiamos.
La RAE realizó el simposio sobre el futuro del diccionario. ¿El papel sigue siendo efectivo frente a lo digital?
No midamos su ‘efectividad’ por su costo o su utilidad inmediata. Hoy el acceso al diccionario digital es masivo y gratuito. Pero la pérdida de la edición en papel no la lamentaremos solamente los que, perteneciendo ya a una generación que se extingue, hemos podido permitirnos el lujo de contar con una biblioteca que, aunque sea pequeña, es profundamente significativa de lo que hemos vivido, sino que, por el momento, es inimaginable un mundo sin libros. Un mundo solamente virtual nos volverá a todos virtuales.