Cuando Sean Connery tenía visiblemente más pelo en la barbilla que en la cabeza, fue elegido el hombre más sexi del mundo. Corría el año 1989 y él rondaba los 60. Mañana celebrará su cumpleaños número 80. Y encarna el mejor ejemplo de que una estrella de Hollywood también puede envejecer con dignidad. Por desgracia hace tiempo que abandonó la actuación para cuidar sus nervios. No tiene una imagen demasiado buena de quienes llevan la batuta en la industria del celuloide. “No digo que sean todos idiotas. Solo digo que de esos hay muchos”, afirmó una vez. Hace mucho que no concede entrevistas. Y si lo hace, no se le puede preguntar ni por James Bond, ni por la independencia de Escocia, ni por mujeres. Lo último que se oyó de él fue que se le está investigando en España por evasión de impuestos. Se sospecha que el actor y su esposa, Micheline, están implicados en un escándalo inmobiliario en Málaga, en la Costa del Sol. Pero hasta la Justicia española parece mostrar una cierta simpatía hacia él, pues las investigaciones recibieron el nombre de Operación Goldfinger. ¿Qué retos tiene Sean Connery a los 80? Quién sabe. Él, al menos, no lo cuenta, por lo que solo se puede suponer que disfruta de la vida viviendo en Niza, Marbella, Nueva York, Bahamas… Su amor hacia Escocia llega tan lejos, que por ella aceptaría mal tiempo para jugar al golf. Y aunque preferiría que su patria se separara del Reino Unido, dejó que su Reina lo nombrara caballero. Sir Sean Connery puede permitirse tales contradicciones: es uno de los inmortales de Hollywood. Su rostro no solo ha quedado en la memoria colectiva gracias a James Bond, sino también a su papel de padre de Indiana Jones y al de una especie de Sherlock Holmes medieval en ‘El nombre de la rosa’.