Tres, dos, uno, grabando… es la frase con la que se inicia el rodaje del programa concurso ‘Quién quiere ser millonario’, que se transmite todos los domingos por Ecuavisa.
Luego de escuchar esta frase Silvia Guamán, concursante, sonrió un poco nerviosa y cruzó sus manos. Estaba segura de que iba a pasar la prueba de la mente más rápida (paso previo para contestar las preguntas por el premio mayor) y se llevaría los USD 50 000 que se juegan en cada programa.Silvia fue la segunda concursante en participar en la grabación del décimo programa de esta segunda temporada. Mientras ella se sentaba en una de las sillas para iniciar su participación, en las gradas, su madre, Silvia Heredia, lucía nerviosa, movía sus manos y sus piernas y esperaba atenta cada una de las respuestas.
Una de las cámaras que graba el concurso estaba sobre la cara de Silvia Heredia. La luz hizo que su rostro luciera roja, aunque luego confesó también que los nervios jugaron un papel importante durante la espera.
A pesar de que antes de que se iniciara la grabación, el público recibe indicaciones sobre la forma de aplaudir, de gritar, de emocionarse y hasta de comportarse en el ‘set’. Heredia no podía contener su emotividad y sus palabras fueron cortas al momento de hablar con el presentador Alfonso Espinosa de los Monteros.
‘Alfonsito’, como conocen a Kollin Clavijo (miembro de la producción), es el encargado de dar las indicaciones a los casi 100 asistentes que llegan a cada rodaje. Él imita la postura, las frases y hasta los gestos de Alfonso Espinosa de los Monteros para tratar de que el público esté cómodo en el ‘set’ y se emocione.
Diez personas, entre primos y tíos, acompañaron a Silvia Heredia durante la grabación. Desde la última fila del graderío, ellos comentaban en voz baja las respuestas, luego de que Silvia las acertaba. Los asistentes no pueden conversar ni decir las respuestas, ya que sobre los dos grupos de gradas existen micrófonos que captan los murmullos. Tampoco pueden usar celulares, masticar chicle ni tomar agua.
Los aplausos fuertes y el grito de ‘Quién quiere ser millonario’ se repasan más de cinco veces antes de que inicie el concurso.
El maquillaje, la forma de sentarse de los concursantes, cómo reaccionar en caso de salir seleccionados y cómo hablar durante la participación son ‘tips’ que se ensayan entre 10 y 20 minutos antes de salir.
Aunque en los repasos para comprobar si las computadoras servían, Guamán no salió ganadora, sí lo hizo cuando el juego real se inició. Su risa entrecortada delataba su nerviosismo ante la cámara. En cada corte para mandar a un comercial o para nivelar las sillas del presentador y de la concursante, un bocado de agua calmaba su agitación.
Luego de responder ocho preguntas, Guamán perdió y se llevó USD 200. Para ella, haber arriesgado los USD 1 200 que había conseguido solo era parte del concurso y no dejaba de sonreír.
La emoción que causa cada pregunta es lo que más gusta a Alfonso Espinosa. Él ya ni siquiera ensaya en su camerino. La experiencia que ha conseguido a lo largo de su carrera le ha permitido omitir esa parte. Además, al no conocer las respuestas previamente también se emociona con cada pregunta.