Un trabajo de investigación económica bien logrado, un reportaje completo por la información obtenida y la trascendencia alcanzada son una pieza que uno mismo la escoge para participar en un concurso de este tipo.
Dado que el trabajo del periodismo económico no tiene réditos salariales suficientes, tener una palestra para competir por calidad con otras disciplinas del periodismo es un incentivo valioso. Sin embargo, al momento de competir, los reportajes más humanos, más descarnados conquistan más a los jurados, que en raras ocasiones se mueven por las cifras y sus complejidades a valorar más los relatos económicos que los que desgarran la naturaleza humana.
De ahí que participar con un trabajo de investigación económica muchas veces tiene una desventaja al ser comparado con reportajes humanos, cuando llegan a ser medidos con la misma vara. El reconocimiento periodístico es más un reconocimiento social a la validez y credibilidad detrás de la palabra y a la maestría en manejar la palabra para transmitir los mensajes.
El premio (Jorge Mantilla Ortega) es un aliciente profesional y personal, es un voto de confianza que se siente que otorga la sociedad por la dedicación, por el trabajo realizado, por el mensaje transmitido, por la seriedad del compromiso periodístico que se ejerce sin más recompensa que tratar de hacer lo mejor, con la información disponible y desde varios ángulos. ¿Cambiar la vida? Eso no, pero me dio más seguridad para seguir adelante con la misma pasión.
A medida que pasa el tiempo en la vida, se va haciendo más difícil hacer lo que a uno no le gusta. Seguiré en esto mientras haya ese ingrediente, esa motivación. Cuando temporalmente he perdido la motivación, afectada por las variantes de la vida, es muy duro trabajar de periodista.