La no convencionalidad cinematográfica de Alejandro Jodorowsky

Un cine transgresor y de impacto. Esos términos pueden ser una aproximación ‘tibia’ a lo que el director, actor, guionista y terapeuta Alejandro Jodorowsky realiza en cada una de las películas.

Aunque el lenguaje cinematográfico no tenga una definición única y clara, existen ciertos elementos que son recurrentes en las historias y son utilizados como recursos en el cine convencional. Otros, en cambio, se aventuran a contar experiencias diferentes, experiencias más reales.

Pero el chileno Jodorowsky tomó su propio camino y creó un metalenguaje único para transmitir historias en sus filmes. Su trabajo gira en torno al inconsciente del ser humano y los problemas que surgen a partir de conflictos, traumas y pérdidas. Esto se debe en gran parte a su trabajo de terapeuta y tarotólogo; además de su experiencia como integrante del movimiento surrealista, durante su juventud.

El propio director dijo en una clase de cine en Morelia, que recoge El Universal de México, que para hacer una película es necesario saber lo que es un ser humano. “Mostrarlo, pero no como un ser industrial, un asesino, un héroe caído o un antihéroe (…) ¿eso es el cine?, ¿es arte?, ¡yo creo que no!”, explicó.

Tal vez por esta manera de pensar es que Jodorowsky dejó de hacer cine durante 23 años. ‘Tusk’ (1980) fue una de “sus peores producciones”, a decir del director. El 2013 regresó con ‘La Danza de la Realidad’, que fue la gran ovacionada en el último festival de Cannes.

Hablar de cada una de sus cintas sería un debate profundo y, quizás, interminable. Por ello, es válido recoger las propias conclusiones del autor acerca del cine.

El blog de cine filmin.es, precisamente, refleja algunas de ellas. Por ejemplo que “dirigir puede ser terapéutico” y “puede convertirse en una experiencia espiritual” porque en el cine se pueden romper barreras sociales, familiares y culturales. Lo mismo sucede con los actores, que “se liberan”.

Para muchos cineastas, Alejandro Jodorowsky es una inspiración y una asignatura obligada para el estudio. Esto, debido a la riqueza narrativa que incluye el director chileno en sus producciones. Su conocimiento en teatro, cómic y artes en general hacen que su cine sea único y difícil de emular.

Incluso es difícil digerir los filmes jodorowskianos para los que no tienen claro conceptos surrealistas, psicológicos y teatrales. Además que se muestra siempre con imágenes inquietantes y discursos complejos. No es un cine lineal, ni tampoco se enmarca dentro de temporalidades específicas. Se lo podría describir como un cine del inconsciente.

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